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LA SEMILLA DE LA VERDAD Y EL BIEN, HAY QUE ESPARCIRLA EN EL TERRENO POLÍTICO

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¿POR QUÉ FALTAN LÍDERES? ¿POR QUÉ ESTÁN EXTRAVIADOS, TORCIDOS? ¿POR QUÉ ESTÁN CHUECOS EN SU ACCIONAR?

La Respuesta:

Porque, simplemente, no tienen coherencia entre lo que dicen y lo que hacen; sus ideas, pensamientos inclinaciones van más al beneficio propio, al poder y el mandar, motivado e impulsado por la soberbia, vanidad y búsqueda obsesiva de reconocimiento. De esta manera, direccionan sus conductas y comportamientos, proclives a la corrupción, a la mentira y al engaño en perjuicio del pueblo sufriente. Lo hacen comunistas, socialistas, caviares y hasta aquellos que se autocalifican como cristianos o católicos.

Cuando no existe formación como germen de bien, dada en los hogares sobre la Verdad, lo correcto, la honestidad se pierde toda decencia y rectitud y se extravían los caminos sanos.

Cuando no está esparcida la semilla del bien y la verdad, en mi casa, en mi vida, en mi familia, en mi Patria, en la sociedad, en la política, no podemos esperar líderes coherentes y obrantes del bien común para beneficio de la Nación.

Las estructuras sociales empiezan a cambiarse cuando se cambian la forma de pensar en la mente y en corazón, todo de forma pacífica, pero con sabiduría. Lo mostró Jesucristo que se enfrentaba a las injusticias a las opresiones y explotaciones de la sociedad extraviada en el poder, el dinero y el materialismo que iban construyendo o estableciendo como ideología, la conducta a seguir; es decir la ya existente corrupción, las mentiras, el engaño, la codicia y la acumulación de riquezas en unos pocos.

Entonces Llevar la Palabra de Dios al terreno Político para construir y edificar de manera práctica y real no se hace sólo de una dimensión intelectual o proveniente de un sentimentalismo barato, eso no es tener entendimiento político social y económico conforme a la doctrina social de la Iglesia sino, es necesario un corazón recto, una conciencia pura y una inteligencia amplia para afirmar con coraje un verdadero compromiso con la Patria, el pueblo y los valores y principios morales constitucionales.

Entonces, cuando existe ignorancia, se tiene una fe muerta, materialista y corrupta: «vivamos, comamos que mañana moriremos», se masifican los hombres corruptos, pusilánimes, ladrones y ansiosos de ocupar cargo en el aparato del Estado y en las instituciones del sistema de justicia, sin importar los efectos de sus actos; es decir, transgrediendo el derecho y afectando a los más pobres y oprimidos.

Con valentía, debemos defender la conducta de Dios para con el hombre, como también la conducta de éste para los demás, para su sociedad, para el pueblo, para su Patria. Todo esto es el gran manual de la vida cristiana que orienta y guía para confrontar a los líderes políticos y religiosos, así como a los ricos y poderosos, por su codicia, egoísmo, avaricia y opresión contra los más necesitados.

Por último, graduando la incoherencia, no vale decir que se cree en Dios o que se es honesto no creyente o que lo avalan toneladas de estudios y títulos, si en la práctica no se pone por obra lo que se dice o se ostenta.

Tú político o técnico o asesor, a ti te digo «cambia tu manera de pensar para que cambie tu manera de vivir, tu manera de filosofar, de percibir las cosas que aún cabalgan lejos de la Verdad de Dios; que tu conciencia sea reflexiva en el bien y sólo en ella debe descansar el desprenderse de apetitos de reconocimientos y de gloriarse a sí mismo.

Tienes que dar frutos de servicio desinteresado por el bien de nuestra nación. Tu cambio significa que habrá un sinvergüenza menos y así sucesivamente, estaremos unidos en una cadena de cambio de las estructuras sociales y de la lucha contra la corrupción.

El Perú necesita nuevos líderes de pensamientos frescos en este tiempo y espacio, pero de accionar sincero, siendo capaz de darlo todo por el bien de los demás, sin odio, sin rencores, sin envidias y sin discriminaciones.

Por eso no hay líderes verdaderos. Los que hay, andan en la oscuridad, carecen de pensamientos, ideas y acciones claras, no tienen inteligencia ni sabiduría para dirigir los destinos de un país. Vamos de tumbo en tumbo con gobernantes de pensamientos oscuros.

Nunca leyeron la Palabra que ilumina y que da luz en nuestros caminos. Sólo tienen como falso dios al dinero. Esos no sirven para luchar contra la corrupción ni para edificar una nación.