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PERSECUCIÓN CRISTIANA POR PARTE DEL GOBIERNO FRANCÉS CONTRA UN SACERDOTE POR AFIRMAR UNA VERDAD DE FE: LA HOMOSEXUALIDAD ES PECADO

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El gobierno francés está tomando medidas legales contra Abbé Matthieu Raffray, sacerdote católico, por describir la homosexualidad como un pecado. Aurora Bergé, «Ministro para la igualdad entre mujeres y hombres y la lucha contra las discriminaciones», ha calificado de vergonzosas las palabras del clérigo y ha pedido a la fiscalía que las estudie.

Redacción infocatolica.com

Abbé Matthieu Raffray, un sacerdote que celebra la Misa tradicional en latín y que es muy conocido entre los católicos franceses en las redes sociales, publicó un breve video sobre tentaciones en su cuenta de Instagram como parte de sus enseñanzas de Cuaresma, en el que explica que la homosexualidad es una «debilidad»: «Todos tenemos debilidades: los codiciosos, los de genio fuerte, los homosexuales», explicó a su audiencia. Considera la homosexualidad como uno más entre «todos los pecados, todos los vicios que pueden existir en la humanidad». Aurore Bergé, la ministra francesa responsable de combatir la discriminación, calificó sus comentarios como «inaceptables».

En un mensaje publicado en X, dijo que «pidió a la Delegación Interministerial para la Lucha contra el Racismo, el Antisemitismo y el Odio Anti-LGBT (DILCRAH) que informara del asunto al fiscal en virtud del artículo 40» del Código de Procedimiento Penal. La DILCRAH tomó nota del mensaje de la ministra y confirmó que había «informado al fiscal de los comentarios homofóbicos hechos por el Sr. Raffray en sus redes sociales». En su mensaje, la delegación agregó: «Hablar de la homosexualidad como una debilidad es vergonzoso».

Abbé Raffray también está siendo criticado porque la ministra considera que sus comentarios promueven indirectamente las «terapias de conversión», que están prohibidas en Francia desde 2022. En enero, jugando con las palabras, el sacerdote declaró en su cuenta de Twitter que «cada retiro espiritual es una terapia de conversión», pero sus comentarios desataron una ola de comentarios hostiles de asociaciones LGBT.

Abbé Raffray ha expresado su satisfacción en X con la publicidad que las «controversias grotescas» le han dado a su cuenta, la cual ha superado ahora los 20,000 seguidores en poco tiempo.

Pero en una entrevista con el semanario católico Famille Chrétienne, el clérigo expresó su preocupación por este último intento de intimidar la enseñanza moral tradicional de la Iglesia Católica: «Es la moral cristiana la que está bajo ataque», explicó, añadiendo que no estaba haciendo más que citar el Catecismo de la Iglesia Católica, y en particular el §2357:

«La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso».

Esta no es la primera vez que la posición de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad ha sido llevada ante los tribunales franceses. En 2022, se llevó a cabo un juicio contra la asociación Renaissance Catholique, por comentarios realizados en un artículo publicado en 2019, que describía la unión homosexual como un «grave pecado». La denuncia fue presentada por tres asociaciones de derechos LGBT. La sentencia, posteriormente confirmada en apelación, determinó que los comentarios, que ecoaban la enseñanza de la Iglesia Católica, no eran en absoluto discriminatorios. Por lo tanto, es poco probable que el informe del gobierno resulte en una condena. Sin embargo, la reacción violenta y desproporcionada de la Ministra Aurore Bergé demuestra el grado de hostilidad de los que están en el poder en Francia hacia la moral cristiana.