Una acusación falsa de blasfemia tras la que se esconde un intento de extorsión estuvo a punto de desencadenar un nuevo ataque contra los cristianos en Pakistán, después del que se produjo a mediados de agosto en Jaranwala, cuando destruyeron 26 templos y más de 200 casas. Sin embargo, la intervención inmediata de la policía – lo que no siempre ocurre – permitió evitar una nueva tragedia.
Redacción InfoCatólica – infocatolica.com
Los ataques de este tipo continuarán ocurriendo mientras no se encuentre una solución al uso distorsionado de las leyes contra aquellos que profanan el Corán o insultan al profeta Mahoma. Aunque estos delitos están castigados con cadena perpetua o pena capital, en muchos casos resultan en ejecuciones extrajudiciales, incluso dentro de las cárceles, o en ataques perpetrados por turbas enfurecidas contra personas u objetivos indefensos.
Los recientes acontecimientos tuvieron lugar en la aldea de Dhok Syedan, cercana a Sheikhpur y Mohra Hayat, en la provincia de Punjab, específicamente en Rawalpindi. Según fuentes locales, la amenaza de demoler casas cristianas surgió a raíz de un intento de extorsión por parte de un individuo que se había convertido al Islam, contra una familia de la zona. Con el fin de sembrar confusión e incitar a los residentes de la zona, que no tenían conocimiento del intento de chantaje, este individuo lanzó amenazas y alentó a atacar las propiedades y bienes de los cristianos.
En esta ocasión, la rápida intervención de la policía logró frustrar la amenaza y prevenir una tragedia. Sin embargo, este incidente resalta una vez más la necesidad urgente de abordar, a nivel político y legislativo, el tema de las leyes de blasfemia y los abusos relacionados con ellas. Los líderes religiosos y civiles reaccionaron indignados, denunciando las condiciones de terror en las que a menudo se encuentran los cristianos y la importancia de promover la convivencia y armonía entre las diferentes comunidades.
Liaqat Masih, pastor de una iglesia protestante local, mencionó en una entrevista que ya habían alertado a las autoridades locales y resaltó la importancia de la pronta respuesta de la policía. Los habitantes, según él, están atemorizados y varios han abandonado sus hogares como medida preventiva. Durante una visita a la región, Khalil George, el ministro federal de Derechos Humanos, advirtió que rumores de este tipo solo agravarán las tensiones entre musulmanes y cristianos. Acompañado por el oficial de policía Muhammad Waqas Khan, quien se reunió con los residentes para brindarles seguridad, George instó a los ciudadanos a evitar reacciones ante rumores infundados que puedan generar pánico innecesario.
Juliet Chowdhry, de la Asociación Cristiana Británico-Asiática, recordó los dolorosos sucesos en Jaranwala que han afectado a toda la comunidad cristiana local. Esta comunidad vive con temores constantes que alimentan un sentido generalizado de vulnerabilidad. Según ella, sugerir que los cristianos deberían simplemente ignorar los rumores infundados es una visión simplista, especialmente considerando las peligrosas consecuencias que estos rumores pueden tener. Está demostrado que este tipo de falsedades incitan a individuos radicalizados, fomentan la intolerancia en ciertos sectores de la población musulmana y contribuyen a una atmósfera ya de por sí inestable.
