La guardiana del «tercer secreto» de Fátima ha sido proclamada Venerable junto con otros cuatro Siervos de Dios. El Papa Francisco, que estará en el Santuario de Fátima en agosto, autorizó la promulgación del Decreto.
Redacción Vatican News – vaticannews.va
En la mañana de este jueves 22 de junio, el Papa Francisco recibió al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, autorizando la promulgación del Decreto que reconoce las virtudes heroicas de la religiosa. Junto con ella, otras cuatro Siervas de Dios se convirtieron en Venerables. También se reconoció el martirio de diez sacerdotes y diez laicos de la Archidiócesis de Sevilla, asesinados por odio a la fe durante la guerra civil española en 1936, y serán proclamados Beatos.
La guardiana del «Tercer Secreto»
Nacida en Aljustrel el 28 de marzo de 1907, Sor Lucía tuvo, en 1917, una serie de apariciones de la Virgen María en la Cova de Iria, en Fátima (Portugal), junto con sus dos primos Francisco y Jacinta Marto. Tras la prematura muerte de sus primos, que fallecieron pocos años después a causa de la gripe española y fueron canonizados por el Papa Francisco en 2017, Sor Lucía quedó como única depositaria del mensaje que le fue confiado por la Virgen, que transcribió, a instancias del obispo de Leiria, José Alves Correia da Silvia en cuatro documentos entre 1935 y 1941. Otro escrito, fechado en 1944, contenía la tercera parte, el llamado «tercer secreto», y fue enviado a Roma, abierto por primera vez en 1960 y no divulgado por San Juan XXIII ni San Pablo VI; solo fue leído en parte en Fátima en el 2000 cuando San Juan Pablo II era Papa.
Excepcionalidad y vida ordinaria
Sor Lucía vivió con empeño la custodia del mensaje mariano durante toda su larga vida, primero en el colegio de las Hermanas Doroteas de Vilar, después como carmelita en Coimbra, donde murió el 13 de febrero de 2005. La distinción entre su vida y las apariciones, dice la biografía disponible en el sitio web del Dicasterio para las Causas de los Santos, «también es difícil porque gran parte de su sufrimiento se debió a éstas: siempre estuvo oculta, protegida, custodiada. Se puede ver en ella toda la dificultad de mantener unidas la excepcionalidad de los acontecimientos de los que fue espectadora y el carácter ordinario de una vida monástica como la del Carmelo». El 13 de mayo de 1967, Sor Lucía fue a Fátima para encontrarse con San Pablo VI. Hizo lo mismo con San Juan Pablo II el 13 de mayo de 1982, cuando el Pontífice ofreció a Nuestra Señora una de las balas del atentado que había sufrido el año anterior, y de nuevo el 13 de mayo de 1991 y el 13 de mayo de 2000. Tras la muerte de Sor Lucía, Benedicto XVI también visitó Fátima en 2010 y el Papa Francisco en 2017. El propio Pontífice visitará el santuario el 5 de agosto, en el marco de su viaje a Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud.