La respuesta italiana ha sido fuerte y contundente, con la Premier Giorgia Meloni rechazando las críticas extranjeras.
Redacción forumlibertas.com
El sinsentido de la cultura de la muerte ha hecho que la polarización sobre el tema del aborto esté alcanzando niveles internacionales, con Italia y España en el centro de la controversia.
Un reciente incidente ha llevado a la Ministra para la Igualdad del gobierno español, Ana Redondo, a expresar su indignación por una enmienda italiana al homólogo del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia (PRTR) que, según la interpretación incorrecta de la ministra, permitiría involucrar organizaciones de la sociedad civil en los servicios de consulta relacionados con la interrupción del embarazo.
Redondo ha condenado esta medida como un intento de la derecha italiana de presionar a las mujeres que desean interrumpir su embarazo, considerando la medida un ataque a los supuestos derechos que realmente la ley italiana no reconoce. Sin embargo, la respuesta italiana ha sido igualmente fuerte y contundente, con la Premier Giorgia Meloni rechazando las críticas extranjeras como una intromisión en los asuntos internos del país.
La Ministra de la Familia italiana, Eugenia Roccella, ha respaldado esta posición, instando a los representantes de otros países a informarse adecuadamente sobre el contenido de las leyes antes de emitir opiniones.
Roccella también ha señalado que la enmienda en cuestión, simplemente replica un artículo de la ley del aborto que lleva 46 años en vigor y que ya prevé que los centros de salud se valgan de la colaboración de asociaciones que ayuden a eliminar las posibles causas del aborto. Mientras tanto, en el ámbito político interno, tanto el Partido Demócrata como el Movimiento 5 Estrellas han presentado propuestas que intentan limitar la actuación del primer artículo de la ley italiana sobre el aborto, que tutela la vida humana desde su inicio y reconoce el valor social de la maternidad. Ambas propuestas han sido rechazadas por la Cámara de Diputados.
Estas propuestas, que según sus promotores abogarían por garantizar el acceso de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo, realmente intentan impedir que las mujeres tengan información correcta sobre lo que supone un aborto. Este debate sobre el aborto y la maternidad se ha intensificado con la reciente resolución adoptada por el Parlamento Europeo, que ha sido correctamente criticada porque negar a los niños el derecho a nacer destruye los principios fundamentales de la Unión Europea y rechaza la dignidad intrínseca de cada ser humano.