Comentario de Fuera los Corruptos
Cuando se cumplen roles preventivos las cosas salen mejor.
La policía tomó las precauciones debidas antes de y pudo realizar una estrategia de control de la marcha debilitada de antemano.
La Policía mantuvo a raya a los manifestantes que salieron ayer a las calles.
Redacción Peru21 – peru21.pe
No hubo toma. La movilización de ayer tuvo cal y de arena. No fue masiva, pero sí tuvo momentos de violencia.
La Policía Nacional implementó una eficiente estrategia para neutralizar el vandalismo. El grito más estridente fue por la liberación de Pedro Castillo.
ESTRATEGIA POLICIAL DIVIDIÓ A LOS MANIFESTANTES EN LA AVENIDA ABANCAY.
Ayer fue el día crucial para decenas de organizaciones de izquierda radical. El 19 de julio fue planificado con meses de anticipación, por lo menos desde mayo, para no repetir los errores de las anteriores marchas en donde primó la desunión alrededor de las demandas políticas.
Entre estos pedidos, denominados ‘plataforma de lucha’, se encontraba la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y —para los más extremistas como los allegados al Movadef y la Fenatep— la libertad del golpista Pedro Castillo.
¿QUÉ HABÍA DETRÁS DE TODA ESTA AGITACIÓN?
Increíblemente, todo se resumen en un intento de frase célebre que pronunció Castillo en una asamblea con organismos de izquierda y frentes de defensa en octubre de 2018: “compañeros, no podemos estar repartiéndonos la vaca antes de haberla matado”.
En esa reunión, un grupo de autodenominados ‘dirigentes sociales’, trazaron la agenda que debían seguir en los siguientes años para lograr sus objetivos. Los presentes dejaron claro que quieren cambiar la Constitución por ser un “paso estratégico necesario y fundamental para plantear nuevas reglas de juego que nos permita recuperar nuestras riquezas y recursos naturales”.
Con Castillo en el poder, veían altísimas posibilidades de lograrlo. Con el profesor preso, todo lo que la izquierda radical considera que avanzó en su agenda queda, una vez más, postergado. Es por eso que ayer, las voces más estridentes fueron las que pedían la restitución de Pedro Castillo, y en segundo plano quedó el cierre del Congreso o la renuncia de Dina Boluarte.
Los reportes de Inteligencia, previos a la ‘toma de Lima’, ya daban luces de que en la capital las marchas no serían masivas, pero sí violentas.
Es por eso que la Policía le puso mucho ahínco al control terrestre en tres puntos de acceso a Lima y a la inspección de buses de pasajeros.
OPERATIVOS DE SEGURIDAD
Precisamente, la madrugada de ayer, a las 4:50 a.m. a la altura del distrito de Humay, en la vía Los Libertadores, un bus que venía de Ayacucho fue detenido por la Policía.
Al ciudadano Weimar Camposano Jones, al pasar por la revisión de rutina, se le encontró en su mochila un paquete con doce granadas. En el interrogatorio, Camposano dijo que venía a la marcha en Lima y al cierre de esta edición seguía detenido.
