El Dr. Thomas Verny considerado un experto internacional sobre los efectos que el entorno prenatal tiene sobre el desarrollo de la personalidad del niño explica que pensamientos de una mujer embarazada representan el precursor de sus emociones. Y a su vez las emociones son el precursor de las neuro-hormonas que afectan el desarrollo y la personalidad.
Básicamente cuando una madre embarazada está ansiosa, estresada o vive un estado de miedo, las hormonas del estrés liberados en su sangre cruzan placenta hasta el bebé.
Cientos de estudios han confirmado que los productos químicos liberados al cuerpo de la madre embarazada se transportan al útero y afectan al bebé. El estrés activa el sistema endocrino del bebé e influye en el desarrollo del cerebro fetal.
- Los bebés nacidos de madres que han tenido embarazo muy estresante tienen más posibilidades de tener problemas de comportamiento más adelante.
- No sólo los estudios muestran que las madres que viven condiciones de estrés extremo y constante tienen más probabilidades de tener hijos prematuros, con un peso inferior a la media, hiperactivos, irritables o sujetos a cólicos neonatales.
- ¿Qué sucede con las emociones positivas? La ciencia también ha demostrado que las emociones positivas de mamá favorecen la salud del bebé. Los pensamientos que infunden un sentimiento de serenidad y felicidad al niño en desarrollo pueden preparar el terreno para equilibrio, feliz y sereno.
Esto es, porque un estado mental positivo provoca la producción de sustancias químicas como endorfinas y encefalina que realizan una acción benéfica para la psique.