Los firmantes denuncian dificultades para celebrar eventos paralelos y señalan que sus posturas representan a numerosos Estados miembros.
Redacción InfoCatólica
Un grupo de organizaciones de la sociedad civil provida y profamilia ha denunciado públicamente las crecientes restricciones a su participación en los procesos de la ONU, especialmente en la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW). En una declaración conjunta, expresaron su preocupación por el trato que reciben sus posturas, a menudo catalogadas como «anti-derechos» por sectores progresistas y por algunos funcionarios de la ONU.
Respaldo de la Declaración de Consenso de Ginebra
«Somos organizaciones de la sociedad civil acreditadas por el Consejo Económico y Social de la ONU, y nuestras posiciones no están fuera de la corriente principal», afirmaron en el documento. «Son compartidas por muchos Estados miembros, incluidos los cuarenta países firmantes de la Declaración de Consenso de Ginebra».
Dicha declaración, reafirmada por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, sostiene que no existe un derecho internacional al aborto y llama a los países a defender la vida, promover la salud de la mujer, la familia y la soberanía nacional.
El pronunciamiento fue presentado en una sesión de escucha organizada por la CSW en preparación para su encuentro anual en marzo. Esta instancia busca revitalizar la comisión y garantizar la implementación efectiva de la Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en 1995 como una agenda global de derechos de las mujeres.
Sin embargo, el significado de dicha agenda se ha convertido en un tema de debate dentro de la ONU. Mientras grupos feministas, países progresistas y organismos de la ONU promueven políticas controvertidas no contempladas en el documento original, las organizaciones conservadoras denuncian que su espacio en la ONU se ha reducido.
«El año pasado, se hizo necesario que las organizaciones profamilia organizaran una conferencia paralela para garantizar su participación en la CSW», señalaron los firmantes. La declaración fue presentada por C-Fam en nombre de otras entidades como Campaign Life Coalition, la Organización Internacional para la Familia, Family Watch International y United Families International, todas parte de una coalición más amplia de cientos de organizaciones en todo el mundo.
Posturas feministas y LGTBI en la CSW
Durante el foro, también se escucharon declaraciones conjuntas de grupos feministas y LGTBI. OutRight Action International, por ejemplo, pidió a la CSW «trabajar urgentemente en la seguridad de las defensoras de los derechos humanos, asegurando la tolerancia cero al discurso de odio o acoso en los terrenos de la ONU».
Según las organizaciones provida, la definición de «discurso de odio» empleada por algunos sectores feministas y LGTBI podría incluir simplemente la crítica a la ideología de género en eventos organizados por grupos conservadores.
Las coaliciones feministas también exigieron un mayor poder para las ONG dentro de la ONU y mayor participación en la redacción inicial de documentos, así como mecanismos más estrictos para obligar a los gobiernos a rendir cuentas una vez concluidas las negociaciones. Una portavoz del Women’s Major Group reclamó que el lenguaje acordado en documentos previos se considere irreversible, incluso en negociaciones futuras ajenas a la CSW, lo que impediría un giro hacia posturas más conservadoras conforme evolucionen las opiniones globales.
Frente a este escenario, las organizaciones provida subrayaron la importancia de reconocer la diversidad de perspectivas dentro de la CSW. «El alcance de la comisión es la situación de las mujeres, y esta va más allá de quienes se identifican como feministas. Mayorías de mujeres en muchos países, y minorías significativas en otros, defienden valores provida y profamilia», afirmaron. «Estas son posiciones mayoritarias y no ‘anti-derechos’».