1ª Catequesis: la verdadera «ecología integral»
Por José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela Alicante
La primera catequesis está dedicada a la Ecología integral. Un concepto que, frente a «falsas visiones ecológicas que dejan de reconocer la dignidad específica del hombre –arriesgan la vida por salvar ballenas y luego promueven el aborto– propone el cuidado de la Creación en su dimensión «invisible» -el alma o los ángeles- y «visible» -respetando «la propia naturaleza, el cuerpo o la identidad sexual»-.
Una catequesis que fue especialmente polémica por afirmar aspectos tan racionales y científicos como que «nadie nace en un cuerpo equivocado» o cuestionar que se personalice a los animales mientras se animaliza a las personas, que el obispo ejemplificó «en el fenómeno de los perrijos que son llevados en coches de bebés«.
Estas son algunas de sus frases más destacadas de esta primera catequesis:
-Los movimientos ecologistas arriesgan sus vidas por salvar a las ballenas y luego promueven el aborto.
-El ecologismo ideológico ocupa el lugar que ocupa Dios en las religiones. Se convierte en un valor último y supremo
-La ecología integral debe de integrar el cuidado del alma. ¿De qué sirve que alguien se preocupe obsesivamente por el cuidado del cuerpo, cuidando la dietética, etc… si luego resulta que vive en pecado mortal?
-Estemos atentos a las contradicciones que existen en los falsos ecologismos, como que se denuncien los alimentos transgénicos, mientras se proclama el derecho al transgénero. ¿No al transgénico y sí al transgénero?
-Un correcto ecologismo vive en equilibrio con la propia naturaleza, incluyendo con su fertilidad. Y lo mismo decimos por lo que a la identificación con nuestra identidad sexual se refiere. ¡Dios nos ha creado bien!; ¡Él no se equivoca! ¡Nadie nace en un cuerpo equivocado!
-Existe una «crisis antropológica que se está extendiendo contra toda lógica y sentido común», que nace de una «multitud de heridas afectivas que llevamos dentro, y que caracterizan esta generación».
-«Las heridas hay que reconocerlas, identificarlas, acompañarlas, sanarlas en la medida de lo posible, etc… Pero lo que no tiene sentido es que a nuestras heridas las llamemos `derechos´».
–El hombre es «la culminación de la creación, y Dios está enamorado de su creación… Estamos llamados a crecer en conciencia de la belleza y dignidad de la creación».