Hombres armados masacraron a católicos durante una celebración de San Juan Bautista en Guanajuato el 24 de junio. Numerosas personas han muerto en ataques a eventos católicos en la región recientemente.
Redacción lifesitenews.com
Once personas fueron asesinadas y al menos otras 20 resultaron heridas luego de que hombres armados abrieron fuego durante un festival religioso católico en Irapuato, Guanajuato, la noche del 24 de junio.
Los hombres armados atacaron durante la celebración anual de la Natividad de San Juan Bautista, abriendo fuego mientras sonaba música y las familias se reunían.
Los informes locales describieron escenas de horror y confusión, con testigos trasladando a los heridos a los hospitales en vehículos privados en un esfuerzo desesperado por salvar vidas.
La fiesta de San Juan Bautista se celebra ampliamente en las comunidades católicas de todo México.
Entre las víctimas había un joven de 17 años, ocho hombres y dos mujeres. El Barrio Nuevo seguía manchado de sangre la mañana del miércoles.
Un video compartido en línea capturó el momento en que estallaron los disparos, provocando la huida de la multitud mientras los gritos inundaban el aire. Los impactos de bala acribillaban los edificios circundantes.
Al Jazeera informó que las autoridades atribuyen la culpa a una guerra territorial en curso entre bandas y cárteles. Guanajuato alberga algunas de las tradiciones católicas más ricas de México, pero el conflicto entre cárteles la ha convertido en una de sus regiones más mortíferas.
Guanajuato, otrora centro de herencia colonial y expansión industrial, registró más de 3.000 homicidios el año pasado, más que cualquier otro estado de México.
Desde 2006, la violencia relacionada con los cárteles ha matado a más de 480.000 personas en todo el país, y más de 120.000 siguen desaparecidas.
Siete jóvenes también fueron asesinados el mes pasado en una celebración organizada por una parroquia católica en Guanajuato, y ocho jóvenes, incluidos miembros de la Pastoral Juvenil, fueron asesinados después de la celebración de la Santa Misa en un parque cercano a la iglesia en marzo.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, condenó el ataque como «deplorable», aunque lo calificó de «confrontación» en su conferencia de prensa del miércoles. Prometió que las autoridades federales investigarían.
La gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise, se hizo eco de la indignación y prometió justicia para las familias de las víctimas.
El gobierno de la ciudad denunció la masacre como un “acto cobarde” y prometió apoyo a los familiares en duelo y ayuda psicológica a los sobrevivientes.
