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LOS NIÑOS SE LLEVAN LA PEOR PARTE DEL DEVASTADOR IMPACTO DEL YIHADISMO EN LA REGIÓN DEL SAHEL (ÁFRICA)

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Se enfrentan al doble horror de ser atacados y asesinados, así como de ser reclutados y desplazados de sus hogares. Los cristianos son quienes más peligro corren.


Redacción Infocatólica – infocatolica.com


«En la región de Tillabéri (Níger), toda una generación está creciendo rodeada de muerte y destrucción. Los grupos armados han atacado repetidamente escuelas y reservas de alimentos, y tienen a niños y niñas en su punto de mira para reclutarlos», ha manifestado Matt Wells, director adjunto de Respuesta a las Crisis y Cuestiones Temáticas de Amnistía Internacional. «El gobierno de Níger y sus socios internacionales deben tomar medidas urgentes para vigilar y prevenir nuevos abusos y proteger los derechos básicos de todas las personas afectadas por este conflicto mortal, especialmente los niños.»

Un informe reciente de Amnistía Internacional, titulado «I Have Nothing Left Except Myself: The Worsening Impact on Children of Conflict in the Tillabéri Region of Niger», pone de relieve el impacto que el yihadismo tiene en los niños de la región africana del Sahel.

«Desde principios de 2021, el conflicto en la región occidental de Tillabéri, en Níger, fronteriza con Malí y Burkina Faso, se ha agravado considerablemente. Los niños han sido asesinados, reclutados para participar en las hostilidades, privados de la oportunidad de ir a la escuela y desplazados por la fuerza», según el informe.

La región de Tillabéri se encuentra en el Sahel africano, una franja de tierra situada inmediatamente al sur del desierto del Sahara que se extiende de este a oeste por todo el continente. La región ha recibido atención mundial debido al marcado aumento del extremismo experimentado en la última década en lo que ahora se considera una epidemia de yihadismo. 

Los grupos islámicos radicalizados que asolan el Sahel intentan establecer un califato en la región y con frecuencia atacan a los cristianos. Los yihadistas tienen el control de gran parte del norte de Malí desde un intento de golpe de Estado en 2012, lo que les ha permitido reclutar, entrenar y equipar combatientes durante casi una década. Desde allí, los combatientes han cruzado las fronteras hacia Níger y Burkina Faso, persiguiendo a cualquiera que se oponga a su agenda extremista, especialmente a los creyentes cristianos.