Ahora los incrédulos deben valorar que nos salvamos de Perú Libre, de Pedro Castillo y su conciencia oscura que es Vladimir Cerrón y todos los cubanos que hasta hoy lo ayudan a esconderse.
El plan abortado, de Perú Libre, como lo expresaron algunos de sus congresistas era quedarse más de dos décadas en el país. Felizmente, porque Dios es grande, nos libró del desastre mayor que es tener un gobierno rojo, donde sólo prima sus ideologías desfasadas y destructivas para sus opositores.
Fue así, que se pudo frenar esas intenciones a través del rechazo de las instituciones democráticas, las fuerzas armadas y los medios y redes sociales independientes que no manipulaban la verdad ni desinformaban a la opinión pública.
Si se hubiese aceptado el gobierno rojo que ponía en marcha su plan cubano-chavista hoy estaríamos sufriendo todas las etapas o caos gradual que causan los marxistas socialistas y ateos que al final sólo benefician a los suyos, sus familias y sus cúpulas, manteniendo al pueblo en la pobreza y la ignorancia como decía Fidel Castro.
Es por esta razón, que debemos destacar la postura democrática del Perú, su soberanía, sus raíces e historia por el cual no debemos dejar que nos arrebaten esas riquezas axiológicas mediante fraudes electorales como lo fue la asunción al gobierno de Pedro Castillo, que de haber seguido no se le hubiere podido sacar.
Por eso, hagamos fuerza por el pueblo venezolano que ha ganado las elecciones y Maduro insiste en quedarse para regalar más miseria y hambre al pueblo sufriente.
Tengamos también los ojos abiertos desde ahora por el proceso electoral en el Perú, porque los mismos rojos apoyados por los antisistema y altos burgueses caviares, traidores a la patria, unidos en un mismo fin y separados por diferentes intereses, quieren destruir el Perú por consignas externas