Lo primero que tenemos que decir es que el Te Deum es una tradición peruana en fiestas patrias que congrega o vincula al gobernante, su independencia como Nación, y al pueblo de fe en agradecimiento a Dios por su amor, protección y misericordia por el país y por cada uno de nosotros.
Don José de San Martín dio la primera muestra de fe y agradecimiento al concurrir a la misa de Te Deum en fiestas patrias para participar hermanado todos de la misa Eucarística o Acción de Gracias a Dios que incluye también a sus fuerzas armadas que rinde tributo de respeto y fe con esa tradición de bendición de la independencia.
Don José de San Martín encomendó la República del Perú a Santa Rosa de Lima e inclusive a su fragata le puso el nombre de la Santa.
SOBRE LOS ASISTENTES EN LA MISA
Obviamente las actitudes son diferentes, unos van sólo por protocolo, otros como fieles con devoción empezando por el celebrante de la misa.
La misa presidida por el Arzobispo de Lima, en su homilía recordó principalmente al sacerdote y ex presidente del Congreso de la República del Perú a Francisco Javier de Luna Pizarro, figura clave en la construcción de la República peruana.
La homilía hizo recordar la primacía del servicio como lo hizo la Virgen maría al asistir a su prima Isabel en estado de gestación.
En cuanto al contenido vinculado a los funcionarios, políticos y gobernantes fue un llamado de servicio entre y para todos para una comunión más fraterna. No obstante, el lado errado lo da el Arzobispo de Lima cuando persiste en salirse de los patrones litúrgicos para introducir su lenguaje inclusivo que es personal y no recomendado por la Iglesia católica.
A la presidenta Dina Boluarte se le vio sumamente nerviosa que hasta en plena misa le alcanzaron una pastillita con agua. Muy esquiva con la propia misa, su celebración en sí y que denota su asistencia por puro protocolo.
El Premier Eduardo Arana, masón grado 33 se le notó impasible y obligado a participar de rituales sagrados y rituales diferentes al que celebra en sus logias.
La Fiscal suprema Delia Espinoza si estaba tremendamente disgustada porque estaba al lado del presidente de la JNJ, Gino Ríos y para el acto de la paz tuvieron que morderse los labios.
En fin, para todos los asistentes, sólo Dios juzgará lo que hay en su corazón y la manera cómo vivieron el Te Deum como bendición de la República concedida por el Todopoderoso.
