En el Congreso hay muchos parlamentarios que dicen defender la vida, pero no plantean ninguna política preventiva al respecto a fin de evitar la comisión de esos delitos.
Contrariamente, es muy poco lo que hacen ante estos abominables hechos de violación y tratándose de agravios infantiles se colocan a la defensiva ante el ataque de las oenegistas feministas, que con su estrategia sensiblera apoyada por medios de prensa caviares, imponen abortos a menores mediante excusas del uso de las indebidas causas que contienen el protocolo terapéutico que el gobierno de Ollanta Humala-Nadine Heredia lo promovieron y que hasta ahora no han sido derogados.
En el Perú tenemos como cultura, la dejadez y la indiferencias ante todo tipo de cuestiones delictivas, sólo se actúa como acto reactivo ante una situación grave emergente que atenta contra la vida o la salud integral de un ser humano.
No hay cultura de prevención en varios ámbitos de las actividades humanas por falta de entendimiento de una buena educación, bienes morales y cívicos para detener al imperio de la muerte que globalmente actúa buscando reducir la población mundial mediante múltiples maneras, como es el aborto, uno de ellos, que, por cierto, además, es el negocio más enriquecedor que manejan.
VISIÓN HITLERIANA
El irrespeto por la vida de los demás avanza con el mismo criterio hitleriano de eliminar judíos como visión diabólica y eugenésica, que hoy se hace con los pobres y con los de raza negra. De esta manera, las sociedades se conviertes es castas «cainitas» que responden con la inacción e indiferencia; «acaso soy guardián de mi hermano» y ponen la mirada irresponsablemente, en otro lado.
Lo curioso es que muchos en el Parlamento peruano se consideran católicos, otros cristianos, pero de defender la vida del niño por nacer o la del adulto mayor, les importa muy poco. Esperemos que reflexionen y saquen proyectos preventivos en donde la cadena perpetua, en este caso para los violadores de niños, sea una realidad con algún grado disuasivo.
