El millonario de origen húngaro George Soros se dedica a financiar -por medio de su entramado de asociaciones, fundaciones, etc.-, todo aquello que quiera acabar con los fundamentos de la civilización cristiana. Son muchos los que alzan la voz contra los planes de Soros, el último en hacerlo ha sido Elon Musk, asegurando que Soros «odia a la humanidad».
Y es que el magnate húngaro es un gran impulsor del Nuevo Orden Mundial (NOM), ese conjunto de instituciones internacionales que quieren implantar en todo el mundo normas contrarias a la ley natural, como el aborto, la ideología de género -una de cuyas derivadas es el matrimonio homosexual o el transexualismo-, etc. Por lo que Soros es consciente de que debe financiar todo lo que esté en su mano para imponer su ideología, en este caso nos centramos en Estados Unidos.
Los demócratas con el ‘muy católico’ Biden a la cabeza han hecho de de los mantras del Nuevo Orden Mundial sus banderas. Esta entrega del Gobierno de Estados Unidos al movimiento woke se entiende mejor con los 40 millones de dólares que destinó Soros para conseguir fiscales progresistas que fueran elegidos por todo el país.
Fueron un total de 75 fiscales estadounidenses los que contaron para su campaña con la financiación del multimillonario progresista, confirmando que el fundador de Open Society Foundations financió Comités de Acción Política (PAC) para promover sus candidaturas e influir dentro del sistema legal estadounidense.
Fiscales que hoy representan a “más de uno de cada cinco estadounidenses o más de 72 millones de personas, incluida la mitad de las 50 ciudades y condados más poblados de Estados Unidos, donde ocurren más del 40 % de los homicidios del país”, asegura el informe de Law Enforcement Legal Defense Fund.