El 25 de junio la Corte Suprema de Pakistán absolvió a Anwar Kenneth, un cristiano de 72 años, tras 24 años en el corredor de la muerte debido a una controvertida condena por blasfemia. Ex empleado del gobierno con evidentes trastornos mentales, Kenneth fue arrestado en 2001 porque supuestamente había escrito cartas que se interpretaron como blasfemas contra Mahoma y el Corán. Un tribunal de tres jueces determinó que cuando hay evidencia de inestabilidad mental no se puede considerar a nadie penalmente responsable de delitos relacionados con la blasfemia.
En 2002 Anwar Kenneth fue condenado a muerte en virtud de la sección 295-C del Código Penal de Pakistán y multado con cinco millones de rupias. A pesar de los claros signos de enfermedad mental y una declaración de culpabilidad forzada, el Tribunal Superior de Lahore confirmó la sentencia en 2014. La última apelación fue presentada ante la Corte Suprema a principios de este año por el abogado Rana Abdul Hameed, con el apoyo legal de Jubilee Campaign Netherlands y Jubilee Campaign USA, organizaciones que promueven los derechos humanos y la libertad religiosa de las minorías étnicas y religiosas en todo el mundo.
“Por fin se ha hecho justicia para Anwar Kenneth, un pobre cristiano que ha soportado casi una vida de sufrimiento inimaginable entre rejas”, declaró Joseph Janssen, activista por los derechos de las minorías y responsable del advocacy de Jubilee Campaign Netherlands. “Pero esta absolución, tan esperada, no es solo un alivio para Kenneth”, continuó Janssen, que trabaja en numerosos casos de falsas acusaciones de blasfemia contra cristianos. “Constituye un faro de esperanza para todos aquellos que son injustamente encarcelados debido a su fe”.
El abogado Rana Abdul Hameed describió el fallo que exculpa a Anwar Kenneth como una severa crítica contra el sistema legal paquistaní sobre la blasfemia. “Este caso expone el abuso sistemático que permite una legislación vaga y excesivamente amplia”, afirmó. Durante décadas, en efecto, estas leyes se han utilizado para perseguir a las minorías religiosas, silenciar la disidencia y saldar cuentas personales. “El hecho de que haya tomado 24 años corregir un error judicial tan grave refleja deficiencias profundamente arraigadas en el marco jurídico de Pakistán”.