En un artículo de National Catholic Register, el Gerente de Operaciones de EWTN, James Day, narró la historia de Alice Guy, una mujer que se aventuró en el mundo del cine sin dejar de lado su fe.
Redacción por ChurchPop – churchpop.com
Seguramente has escuchado de los hermanos Lumière y su gran aporte al mundo cinematográfico. Pero, ¿sabías que la primera mujer directora y una de las pioneras del cine narrativo era católica?
Alice Ida Antoinette Guy nació en 1873 en Saint-Mandé (Francia), fue la quinta y última hija de los esposos Marie y Emile. A los 6 años, ingresó en el internado del Convento del Sagrado Corazón que era dirigido por las Compañeras Fieles de Jesús.
Para ayudar a la economía familiar, estudió mecanografía y taquigrafía. Sus estudios la llevaron a ser contratada a sus 21 años como secretaria por los Estudios Gaumont, la compañía cinematográfica más antigua del mundo.
Alrededor de 1896, realizó su primera película “La Fée aux Choux” (El hada de las coles), una historia original de un minuto de duración, donde Alice se encargó de dirigir, escribir y producir el proyecto.
Este fue el primer paso de su carrera, que la convirtió en 1897 en la jefa de producción cinematográfica de Gaumont.
En 1900, Alice compró un ejemplar de la Biblia de James Tissot, una obra publicada en 1894 que contaba con 350 imágenes pintadas en acuarela que representaban las escenas del Nuevo Testamento.
6 años después, la influencia de esta biblia inspiró a Alice a crear el proyecto más largo y ambicioso de su carrera: La vie du Christ (La vida de Jesús).
La película contó con cerca de 300 actores y 25 escenarios distintos, donde se escenificó la vida de Jesús desde la llegada a Belén hasta la resurrección.
La película se proyectó en la Société Française de Cinématographie. Según el Boletín anual de la Sociedad de 1906, «Las escenas se ambientaron con un gusto perfecto con un talento para la puesta en escena de la Sra. Guy … cada [escena] fue recibida con aplausos vivos y unánimes de la asamblea».
Después de su prodigiosa producción en la primera década del siglo XX, Alice Guy se mudó a América y lanzó Solax, un estudio en Nueva Jersey. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial detuvo el avance de su empresa, que eventualmente quebró. Su carrera se estancó y nunca se recuperó.
Aunque Alice no es tan conocida como otros pioneros del cine, su presencia es fundamental no solo para establecer este medio como una forma innovadora de contar historias visuales, sino que es un ejemplo de una fuerte convicción religiosa.