En Mozambique, los cristianos sufren persecución por parte de los yihadistas. En la India, fue detenido un sacerdote bajo la ley anticonversión.
Redacción por Hispanidad – hispanidad.com
Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos una vez más en Nigeria donde, según un informe reciente de la Sociedad Internacional para las Libertades Civiles y el Estado de Derecho (Intersociety), el año pasado más de 1.450 cristianos fueron asesinados por grupos islamistas y unas 500 iglesias fueron incendiadas por esos mismos grupos, recoge Informe Orwell.
En Nigeria -como viene recogiendo Hispanidad-, operan organizaciones islamistas radicales, como Boko Haram o los pastores musulmanes ‘fulani’, que no dudan en masacrar a los cristianos. Además, les da igual que sean hombres, mujeres o niños… E incluso se dedican al secuestro de niñas para convertirlas en esclavas sexuales.
Es el caso de la niña Leah Sharibu, que fue secuestrada hace seis años por la organización yihadista Boko Haram, en la escuela de niñas de Dapchi, en el estado de Yobe. Sus compañeras musulmanas fueron liberadas un mes después del secuestro, pero a ella (tenía entonces 14 años de edad) la retuvieron por ser cristiana y por no renegar de su fe en Jesús. Leah se negó a decir que era musulmana, «porque soy cristiana», recuerda Puertas Abiertas.
Su madre Rebecca aún no ha visto a su hija ni tiene noticias de ella. «La primera y última vez que vi su cara y oí su voz fue en el vídeo publicado unos días después de su secuestro», afirma.
Nos vamos a Mozambique, donde los ataques también de yihadistas se han convertido en una dura amenaza contra la vida de los cristianos, que se han visto obligados a huir de sus casas.
“Marcharse es a veces una forma de proteger a la gente, porque a menudo si los sacerdotes o las hermanas permanecen en los pueblos la gente se siente segura y se queda con ellos, lo que puede dejarlos expuestos a ataques”, indicó un sacerdote a ACN.
La mayoría de los ataques se están produciendo en la provincia de Cabo Delgado, cuya capital es Pemba, donde los terroristas se han dedicado a incendiar templos y hogares.
Los grupos terroristas islamistas radicales han provocado desde el año 2017 unos 5.000 muertos y más de un millón de desplazados.
Persecución a los cristianos también en la India, uno de los países clásicos en esta práctica y en ascenso. En ese país, en el estado de Uttar Pradesh, el sacerdote Dominic Pinto fue detenido el pasado 5 de febrero acusado de «convertir a los hindúes pobres» de las comunidades dalit, informa ACN.
El padre Pinto regenta un local pastoral (en la diócesis de Lucknow), donde con cierta periodicidad se reúnen protestantes y un grupo hindú que siente interés por la figura de Jesús. En una de esas reuniones, «un grupo de nacionalistas hindúes se quejó a la Policía alegando que allí se estaban llevando a cabo conversiones, algo totalmente falso». Los agentes se presentaron en el lugar y se llevaron detenido al sacerdote Pinto.
Mons. Gerald Mathias, obispo de Lucknow, declaró a AsiaNews: «Se trata de un grave abuso de la ley anticonversión del estado». Y denuncia que los agentes se llevaron al cura «sin ninguna prueba», lo que pasa porque estos «sufren las presiones de la multitud o ceden a los dictados de las autoridades: es un caso típico de acoso y atrocidades contra los cristianos».
La acusación de conversión forzada no es ninguna broma: el acusado se enfrenta a nada menos que hasta diez años de cárcel. Y hay más cifras: entre enero y febrero, un total de 26 cristianos han sido detenidos y encarcelados en el estado Uttar Pradesh, bajo la acusación de atentar contra las leyes anticonversión.
Nuestro siguiente destino es Pakistán, donde un cristiano de 72 año fue declarado inocente de los cargos de blasfemia y puesto en libertad por la policía, el pasado 15 de febrero.
El anciano, de nombre Younis Bhagat, había sido acusado falsamente -algo muy habitual en Pakistán- por una mujer que tenía intereses en las propiedades inmobiliarias del anciano. Pero tras su absolución, los agentes de la ley han apresado a la mujer para realizar más investigaciones.
Hay que recordar también que, en Pakistán, la blasfemia puede ser sancionada hasta con cadena perpetua o pena de muerte.
Y terminamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en México, donde un individuo entró en la iglesia de San Judas Tadeo en la Diócesis de Saltillo (estado de Coahuila) y la emprendió contra varias imágenes religiosas, provocándoles “daños irreversibles”.
El cura Carlos Campos, rector de la iglesia de San Judas Tadeo, explicó a la prensa que el individuo -bajo los efectos de sustancias estupefacientes y de unos 30 años de edad- entró en la iglesia “de manera violenta, rompiendo tres vidrios de una de las puertas principales de acceso”.
A continuación atacó las imágenes, como el “nicho del Santo Sepulcro, la Divina Providencia, el Sagrado Corazón y una imagen de más de tres metros de altura de San Judas Tadeo”.
Por su parte, Mons. Hilario González García recordó y lamentó casos más recientes, como el robo de la Eucaristía el 25 de noviembre de 2023, en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, y un acto similar perpetrado el 8 de enero de 2024 en la iglesia de San Francisco.