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LA DEFORMACIÓN DEL CONCEPTO DE «MISERICORDIA» EN NUESTROS DÍAS

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3ª Catequesis: la misericordia, mucho más que emotivismo o relativismo


Por José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela Alicante


En su tercera catequesis, Munilla se dedicó a superar «la deformación que está teniendo el concepto de misericordia en nuestros días», reduciéndola a mero «relativismo» o «puro emotivismo».

Así, Munilla comenzó refiriéndose a las palabras del Papa  Francisco -«Dios te quiere como eres, no como te gustaría ser»-, explicando que «Dios no está esperando a que seas bueno para empezar a quererte», sino que «te ama desde ya, a pesar de que seas profundamente pecador».

Para una mejor comprensión, completó esa primera frase del Papa con el añadido de que «te quiere como eres… y te llama a la santidad«.

«En realidad, una prueba de que Dios nos quiere, es que nos llame a la santidad; ya que cuando se ama a alguien, necesariamente se le desea lo mejor, es decir, la santidad. Dios no puede cruzarse de brazos viendo cómo nos destruimos… quiere nuestra santidad», explicó.

También citó al Papa para explicar uno de sus mensajes de esta JMJ -«En la Iglesia cabemos todos, todos, todos…»-. «Todos, pero no todo. Es decir, no todo vale, no todo es igual. El pecado no cabe en Dios», agregó.

Lo explicó así: 

Dios ama al pecador y repudia el pecado. Hoy en día pasa paradójicamente lo contrario: este mundo ama el pecado y repudia al pecador. Por ejemplo, mientras que dice que el aborto es un derecho y un avance social, luego ignora a las mujeres que han abortado».

-«Es frecuente que se confunda la misericordia con el relativismo: `¡Tranquilos, no pasa nada, haz lo que te dé la gana, Dios es misericordioso!´».

-En la práctica, se mal utiliza la palabra misericordia, hasta el punto de negar la existencia del pecado. Se olvida por completo que Cristo nos urge en el Evangelio a la conversión.

-«También existe la malformación de la palabra misericordia, para reducirla a un sentimiento de puro emotivismo. ¡Pobrecillo, qué lástima me da, me siento impactado…  El ejercicio de la misericordia se reduce a consolar».

-«La verdadera misericordia de Dios es un amor que nos transforma y nos hace nuevos. La palabra misericordia de Dios está ligada a la imagen de las entrañas de Dios, que con su perdón me permite volver a nacer a la vida de gracia. Nos permite nacer de nuevo«.

Antes de concluir, repasó y reflexionó sobre los cinco requisitos para vivir una buena confesión:

1.- Examen de conciencia: Pedir luz al Espíritu Santo, para conocernos desde los ojos de Dios… No es una mera introspección, de papel y boli. “Conocerme como Jesús me conoce”. Igual hay cosas a las que no les doy importancia…  Ayudar en el examen de conciencia… subsidias… (mandamientos, bienaventuranzas, listado de virtudes, cualquier pasaje bíblico), sacerdote que ayuda…

2.- Dolor de los pecados: Es lo esencial… acto de contrición…, Parábola del padre misericordioso… cuando menos, suscitar el dolor de atrición, (el perdón de los pecados tiene lugar en ese momento…).

3.- Propósito de enmienda: No tenemos plena seguridad… pero sí plenamente dispuestos a poner toda la carne en el asador…  si tu mano te hace caer, “córtatela” No ponerse en la tentación indebidamente…

4.- Confesar los pecados al sacerdote: Lo que el Papa dice en el libro “El nombre de Dios es misericordia”… Otro motivo más: “A quienes perdonéis los pecados, a quienes se los retengáis…” la confesión es esencial, para que el sacerdote cumpla su misión…

5.- Cumplir la penitencia: Antes se nos ha dado la absolución… la absolución absuelve la ofensa, la culpa; pero es verdad que el pecado ha causado un desorden… que debemos de tomarnos en serio el trabajo de la penitencia para purificarnos…  camino de penitencia a recorrer…