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LA INTEGRACIÓN NACIONAL CON VISIÓN DE PATRIA

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¡EL QUE QUIERA VER QUE VEA, EL QUE QUIERA OÍR QUE ESCUCHE Y ENTIENDA LO QUE LEE!

El Perú es una realidad concreta, singular integrada por múltiples culturas, sangres y razas, pero unidos como dice nuestro Himno Nacional, por el Dios de Jacob, caracterizado como pueblo viviente de Fe.

Costa, Sierra y Selva con diversidades climáticas nos distingue de otras naciones del mundo, de ahí, hay que entender que nuestra soberanía como Nación nos identifica a rechazar todo tipo de recetas foráneas cargadas de ideologías y de políticas que recogen más enunciados de derechos que de deberes, que además impiden a desarrollar una economía con justicia social por intereses venidas de Organismos Internacionales que no calzan con nuestra identidad y realidad propia.

Hoy, en estas Fiestas Patrias con Parada Militar, que identifican regiones y culturas, desfile Militar, alegría y jolgorio coloridos, nos hace ver a los peruanos la integración de peruanidad con diversos dialectos que nos motivan a concretizar en el terreno de los hechos, la unidad nacional, y la reconciliación dado en el mensaje presidencial.

Una Nación bendecida por todas las riquezas que posee para lograr un bienestar total, ha heredado sólo injusticias sociales, económicas, culturales y educativas por culpa de angurrientos de poder y de dinero corrupto, sucumbiendo ante las comodidades y facilismos del esfuerzo mínimo y de la ignorancia de la rectitud de lo que es el buen obrar para beneficiarse en cambio, así mismo o a sus entornos y grupos de poder político o económico.

Hay mucho por decir y por hacer poniendo todo en práctica con un estilo de vida diferente, con decencia, sinceridad y capacidad al servicio de todos los peruanos, recomponiendo pensamientos valores y principios, para ver prioritariamente más los intereses a favor de nuestro país, de nuestra propia gente que cualquier otra errada intención,  guiados por la Palabra Suprema que debemos grabarlo en un molde de oro como guía a los Gobernantes, líderes y a los pueblos: «Yo soy tu Dios, que te enseña lo bueno y te dice lo que debes hacer». Eso significa seguir el camino o proceso de desarrollo para convertirnos en verdadera potencia mundial viviendo en un estado de bienestar como lo señala nuestra Constitución Política del Estado.