Las regiones de América Latina están envejeciendo a una tasa superior a la registrada por Europa en los últimos años. Además, presentan una caída notable en el número de matrimonios, con un porcentaje sustancialmente más alto entre personas del mismo sexo en comparación con los divorcios entre un hombre y una mujer.
Las conclusiones se desprenden de un estudio elaborado por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia (Redifam), en el cual trabajaron 14 especialistas en distintas disciplinas. ¿El objetivo? Impulsar la formulación de políticas públicas a favor de las familias, así como la construcción de un mundo “más justo y sostenible”.
El contraste de Bolivia y Paraguay
La evaluación toma datos de Chile, Colombia, Uruguay, Argentina, Brasil, México, Perú, Ecuador, Paraguay y Bolivia. Tan solo estos dos últimos alcanzan el “umbral mínimo para el reemplazo generacional”. El resto está por debajo del promedio en la tasa de fecundidad, aunque no tanto como los “casos extremos” de Chile y Colombia.
Baja natalidad en Chile y Argentina
El documento revela que Chile y Argentina registran las menores tasas de natalidad, con cifras de crecimiento natural de la población que califica como “lento o casi nulo”. Además de reportar una “tendencia a la baja”, el estudio advierte que esos países “podrían entrar en una fase de crecimiento negativo” si no hay una inmigración que lo compense.
Reducción de la población joven
Igualmente, queda claro que hay “una reducción significativa de la población joven”, si bien el texto muestra un panorama optimista para Ecuador, Paraguay, México y Perú en lo que respecta a una mayor proporción de jóvenes de 0 a 14 años, lo que implica “un gran potencial productivo futuro”.
En contraste, “la población de 65 años y más ha crecido de manera constante en todos los países, con cifras cercanas o superiores al 15 % en varias naciones.
Urge incentivar la natalidad
En sus conclusiones, los autores del estudio consideran “relevante la disminución de la nupcialidad y, con ello, la estabilidad familiar asociada al matrimonio, no solo por la baja en el número de uniones, sino por el aumento de divorcios”.
En este marco, plantean “la necesidad urgente de establecer políticas de incentivos a la natalidad y la parentalidad, que valoricen el rol de madres y padres, que fortalezcan las relaciones familiares y que promuevan apoyos integrales para familias con necesidades diversas”.