Cuando un juez sin personalidad, sin entendimiento, se dedica a cuidar sólo su puesto, se somete a las imposiciones externas a su conciencia.
Eso pasa mucho con los jueces supernumerarios, provisionales o integrantes de una mafia corporativa judicial al interior del poder.
La justicia se establece conforme a la realidad de los hechos sustentados en la propia ley y no por consignas superiores o sobres cerrados con papelitos verdes.
Hay que investigarla por su fallo contradictorio
LA NOTA:
Para la jueza Vilma Vidales, puede no haber una vía alterna real en el peaje Conchán, en Lurín, pero sí en los que continúan en la concesión que Susana VIllarán diera a Odebrecht, empresa que luego le pagara tres millones de dólares.
Así lo decidió en su Resolución 10, donde suspende el cobro en la caseta referida, pero no las de Puente Arica, Puente San Pedro, Huaylas, de Villa y Punta Negra, como habían solicitado diversas municipalidades de Lima Sur.
Esto podría explicarse porque, en las tres inspecciones judiciales que realizara Vidales, junto a abogados de Rutas de Lima, así como de la parte demandante, se limitó a los alrededores de Conchán, a pesar de que era zona de concesión empieza cerca del Trébol de la avenida Javier Prado, y termina en Pucusana.
Wilber Medina, procesalista que asesoró a los alcaldes de Lima, Rafael López Aliaga; de Lurín, Juan Marticorena; y de Santa María del Mar, Hugo Monteverde, explicó que, si bien se ha obtenido una victoria, falta más.
“La doctora Vidales ha tenido una decisión contradictoria. Señala que no hay por dónde salir en la altura de Lurín, que es cerca al inicio de la concesión, pero que sí hay en los peajes al final. Es geográficamente ilógico”, declaró a EXPRESO.
