Comentario de la ONG Católica «Sin Componenda»
Desde el inicio de la imposición de la vacuna contra el covid-19 muchos fuimos voces en el desierto advirtiendo sobre esta realidad, pues sabíamos el propósito escondido de querer obligar a muchos una inoculación innecesaria y a su vez que hacía que las poblaciones sean conejillos de indias, ya que la seguridad de esas inoculaciones nunca fueron confirmadas, realmente.
¿Cuál era el propósito? Debilitar el sistema inmunológico, el cuál, en la mayoría de la población ya está débil por una mala alimentación, por no realizar deporte y no practicar la fe cristiana, y, a su vez, ocasionar enfermedades y que muere la mayor cantidad de gente (plan reducción de la población).
¿Suena crudo? Pues, nos quedamos cortos en lo que mencionamos.
Ahora, son estudios los que confirman esta realidad que ni Pfizer y Moderna han querido comentar al respecto según la publicación.
Solo esperamos que Facebook no censure este tipo de noticias y deje que haya libertad de expresión.
LA NOTICIA DE THEEPOCHTIMES.COM:
Según un nuevo estudio, la vacunación repetida contra la COVID-19 debilita el sistema inmunológico, lo que potencialmente hace que las personas sean susceptibles a enfermedades potencialmente mortales como el cáncer.
Múltiples dosis de las vacunas Pfizer o Moderna COVID-19 producen niveles más altos de anticuerpos llamados IgG4, que pueden proporcionar un efecto protector. Pero un creciente conjunto de evidencia indica que los “niveles anormalmente altos” de la subclase de inmunoglobulina en realidad hacen que el sistema inmunológico sea más susceptible a la proteína de pico de COVID-19 en las vacunas, dijeron los investigadores en el artículo.
Señalaron experimentos realizados en ratones que encontraron que múltiples refuerzos además de la vacuna COVID-19 inicial “disminuyeron significativamente” la protección contra las variantes del virus Delta y Omicron y pruebas que encontraron un aumento en los niveles de IgG4 después de repetir la vacunación con Pfizer, lo que sugiere agotamiento inmunológico.
Los investigadores también anotaron que los estudios han detectado niveles más altos de IgG4 en personas que murieron con COVID-19 en comparación con aquellas que se recuperaron y vincularon los niveles con otro determinante conocido de la mortalidad relacionada con la COVID-19.
Una revisión de la literatura también mostró que las vacunas contra el VIH, la malaria y la tos ferina también inducen la producción de IgG4.
“En resumen, los estudios epidemiológicos de COVID-19 citados en nuestro trabajo más el fracaso de las vacunas contra el VIH, la malaria y la tos ferina constituyen evidencia irrefutable que demuestra que un aumento en los niveles de IgG4 perjudica las respuestas inmunes”, dijo Alberto Rubio Casillas, investigador del laboratorio de biología de la dijo a The Epoch Times por correo electrónico la Universidad de Guadalajara en México y uno de los autores del nuevo artículo.
El artículo fue publicado por la revista Vaccines en mayo.
Los funcionarios de Pfizer y Moderna no respondieron a las solicitudes de comentarios.