La ley preveía penas de hasta cinco años de cárcel y volvió a entrar en vigor con la derogación de la sentencia Roe v Wade, había sido recientemente validada por el Tribunal Supremo del estado.
La derogación de la ley se logró gracias al apoyo de dos senadores republicanos, quienes se unieron a los 14 senadores demócratas de la Cámara. La gobernadora demócrata Katie Hobbs, quien ha expresado previamente su desacuerdo con la decisión del Tribunal Supremo, ratificará la derogación. El apoyo al aborto de Hobbs llega al extremo de vetar una ley que obligaba a los médicos a salvar la vida de los niños que sobrevivan a un aborto
A mediados de abril, el Tribunal Supremo de Arizona había reafirmado la vigencia de la ley de 1864, generando una rápida respuesta de la Casa Blanca, que calificó la ley como «cruel» y criticó a los republicanos por promover una «agenda extrema». Incluso Donald Trump manifestó su desacuerdo con el fallo, considerando que «iba demasiado lejos».