El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes 7 de marzo de 2025 una nueva estrategia para presionar a Rusia y Ucrania hacia un alto el fuego y un acuerdo de paz definitivo. En un mensaje publicado en Truth Social, Trump señaló que está «considerando seriamente» imponer sanciones bancarias a gran escala, así como aranceles y otras medidas económicas contra Rusia, debido a su avance militar sobre Ucrania. «Rusia está absolutamente ‘golpeando’ a Ucrania en el campo de batalla ahora mismo», escribió, instando a ambas naciones a «sentarse a la mesa antes de que sea demasiado tarde».
Una postura firme para negociar
La declaración de Trump llega en un momento clave del conflicto, que lleva tres años desgastando a Ucrania y desafiando las sanciones internacionales contra Rusia. El presidente subrayó su objetivo: lograr un «alto el fuego y un acuerdo final de paz». Para ello, propone endurecer las medidas económicas contra Moscú, incluyendo sanciones bancarias y aranceles, como herramientas para incentivar negociaciones. «Gracias!!!», cerró su mensaje, dejando clara su intención de liderar este esfuerzo desde Washington.
Esta postura se alinea con acciones recientes de la administración Trump. Hace una semana, tras una tensa reunión en el Despacho Oval con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, Trump pausó la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con Ucrania, buscando presionar a Kiev para que acepte un alto el fuego. Ahora, con la amenaza de nuevas sanciones a Rusia, el presidente parece decidido a equilibrar la presión sobre ambas partes.
El comercio con Rusia: un blanco estratégico
Aunque las importaciones estadounidenses desde Rusia han disminuido drásticamente —de 29,600 millones de dólares en 2021 a solo 2,900 millones en los primeros 11 meses de 2024—, aún persisten sectores clave. En 2023, EE.UU. importó fertilizantes rusos por valor de 1,400 millones de dólares, esenciales para la agricultura, así como más de 1,000 millones en uranio para energía nuclear y paladio y rodio para convertidores catalíticos de automóviles. Estas áreas podrían ser objetivos de los aranceles que Trump tiene en mente, aumentando la presión económica sobre Moscú.
Cabe destacar que las sanciones previas, como el tope de 60 dólares por barril al petróleo ruso y las medidas contra empresas energéticas impuestas por el ex presidente Joe Biden en enero de 2025, ya han reducido a cero las importaciones de productos petroleros rusos, que en 2014 alcanzaron los 13,500 millones de dólares. Los nuevos planes de Trump podrían ampliar este cerco económico.
Reacciones
La amenaza de Trump llega días después de que Reuters informara que la Casa Blanca exploraba aliviar sanciones a Rusia como parte de un esfuerzo por mejorar relaciones diplomáticas y económicas con Moscú mientras se busca poner fin a la guerra. Este enfoque dual —endurecer medidas para forzar un acuerdo y considerar alivio posterior— refleja la estrategia pragmática del presidente para resolver el conflicto.
El anuncio no ha estado exento de controversia. Trump ha recibido críticas por comentarios previos, como culpar a Ucrania por iniciar la guerra, pero su enfoque actual parece centrarse en resultados concretos más que en polémicas pasadas. Rusia, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, sigue bajo sanciones de EE.UU. y sus aliados desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022, lo que ha complicado su economía pero no detenido su ofensiva militar.
Con este anuncio, Trump busca posicionarse como un mediador decisivo en el conflicto Rusia-Ucrania. Su mensaje directo a ambos países —»¡Vayan a la mesa ahora!»— y la combinación de presión económica y pausa en la ayuda militar muestran un enfoque activo para acelerar una resolución. Si bien el impacto de las sanciones y aranceles dependerá de su implementación, el presidente deja claro que no está dispuesto a esperar indefinidamente.
En la tensa reunión de la semana pasada con Zelensky, Trump afirmó que quiere ser recordado como un «pacifista».
