El financiamiento se da a través de ONGs, fundaciones e incluido la OMS por los laboratorios.
En el caso de la CIDH ocurre lo mismo. Por tanto, ya no tienen autoridad moral, porque inciden a favorecer las ideologías de contenidos comunistas y caviares. Es decir, no son imparciales.
Por eso, no existe ningún problema que se ignore a las Cortes de Derechos Humanos politizadas e ideologizadas.
El internacionalista Francisco Tudela cambió de opinión y ahora considera que sí, debemos apartarnos de su competencia dentro de una realidad política.