Por Beatriz Mejía Mori | Diario Expreso
¡Despertemos y levantémonos!
Fue suficiente, la serie de acciones de guerra contra la población mundial, revestidas de medidas pro salud, vida y supervivencia de la humanidad. Nos han vacunado forzadamente con sustancias letales, nos han llenado los alimentos con toda clase de venenos y tóxicos para inducirnos la muerte lenta; nos han llenado los aires con metales radioactivos, destructivos del sistema respiratorio e inductores del cáncer; han contaminado las aguas, ríos, lagos, lagunas; nos han encerrado en un campo global radioactivo con antenas 4 y 5G, antenas HAARP y satélites: nos están friendo en vida, mientras enfermamos con enfermedades extrañas y el agravamiento de las conocidas, por destrucción radioactiva del sistema inmunológico, y no nos damos cuenta.
Nos están imponiendo la inteligencia artificial como la panacea que reemplazará a la inteligencia humana, cada vez más deteriorada por la adicción a los medios electrónicos y la aceptación subconsciente inducida por el metraje cibernético de la mentira convertida en falsa verdad.
Nos están imponiendo la identidad digital tan subrepticiamente, como parte de la modernidad tecnológica, que ya nos parece normal llevar un chip de identificación con nosotros, rastreable por computadora, en nuestro documento de identidad, de tal modo que cuando nos digan que hay que insertar el chip en la mano o en la frente, no nos quede nada de dignidad humana como para decir que NO.
Escuchamos que el BCR ya tiene lista la moneda digital CBDC, y nos alegramos pensando que Perú va delante de la modernidad en América del Sur, porque no nos damos cuenta de que es la trampa perfecta para obligarnos a someternos a la identificación digital, para poder comprar y vender, ejercer derechos civiles y acceder a los servicios esenciales, la extorsión planetaria planificada por el gobierno mundial de la ONU, para dominar a los que acepten someterse a esta barbarie de indignidad.
Nos han preparado a través de un proceso de ablandamiento del alma y de privación progresiva de la razón, para que viendo no veamos y escuchando no entendamos, perdiendo la capacidad de darnos cuenta de la realidad. Pero ver cómo queman intencionalmente los campos y bosques para producir hambre, destrucción y muerte en los países ricos como Perú, y justificarlo como efectos del cambio climático, que ellos provocan artificialmente con armas de guerra electromagnéticas, lanzallamas, drones incendiarios, rayos láser, cartuchos rompefuegos, combustibles y fósforos que encienden mercenarios sin alma por un puñado de monedas, ya es demasiado.
Suficiente es suficiente, ¡despertemos y levantémonos! La fuerza de los pueblos que luchan con fe por su propia vida rompe las cadenas del poder más oscuro.