Conducta de Liliana Castillo “no se encuentra de acuerdo con los objetivos estratégicos”, señala resolución.
Redacción Expreso – expreso.com.pe
Debido a que sus acciones no iban de la mano con los nuevos vientos en el Ministerio Público, Liliana del Carmen Castillo Carrasco dejó de ser fiscal suprema. Ella había sido promovida en forma provisional por Zoraida Ávalos, pero se quedó más de tres años en el cargo.
“La conducta de la referida magistrada no se encuentra de acuerdo con los objetivos estratégicos de la política institucional y por no mantener un adecuado nivel resolutivo respecto de los casos a su cargo”, indicó Antonio Fernández Jerí, actual titular de la Autoridad de Control del Ministerio Público.
CAMBIO NECESARIO
Castillo se encargaba de evaluar las denuncias contra fiscales superiores de carrera. Al tener tal responsabilidad por una designación a dedo, su desempeño empezó a ser cuestionado.
Entre abril de 2021, la ahora defenestrada funcionaria fue empoderada por la hoy inhabilitada Ávalos. Primero se le colocó como fiscal superior provisional del Distrito Fiscal de Lima Centro, y pasó al despacho de la Fiscalía Suprema de Control Interno, mediante resoluciones 518 y 834.
La extitular del Ministerio Público había sido anteriormente jefa de Control Interno, y luego designó allí a su allegada Maisch Molina. Sin embargo, el 31 de agosto de 2022, la Junta Nacional de Justicia nombró como jefe de la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público, a Fernández Jerí, con lo cual el sistema se modificó.
“Nombrar al abogado Roberto Carlos Rojas Matos, designándolo en el Despacho de la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público, con retención de su cargo de carrera”, dispuso la actual fiscal de la Nación, Patricia Benavides.
