El Beato Gregorio X, fue elegido Papa sin ser sacerdote y mientras servía con los cruzados. Se dice que San Buenaventura influyó en su elección con una célebre frase que cambió la historia de la Iglesia.
Redacción Aciprensa – aciprensa.com
En el libro Vidas de los Santos del historiador P. Alban Butler se indica que el Beato Gregorio X, cuyo nombre civil era Teobaldo Visconti (1210-1276), era natural de Piacenza (Italia). Además, llegó a ser archidiácono en Lieja (Bélgica), un antiguo cargo eclesiástico con funciones en la administración diocesana.
Más adelante, por orden del Papa Clemente IV partió como predicador en una cruzada por Tierra Santa. De acuerdo a la Diócesis de Arezzo (Italia), donde se conservan las reliquias del Beato, él se desempeñó en Palestina “como capellán de los cruzados”.
Clemente IV murió y la Iglesia se sumió en una grave crisis porque los cardenales, divididos entre los pro alemanes y los pro franceses, no podían ponerse de acuerdo para elegir al sucesor.
Tras varios años sin pontífice, los purpurados crearon una comisión de seis cardenales que debían designar al nuevo Santo Padre.
La Diócesis de Arezzo indica que el franciscano San Buenaventura, Doctor de la Iglesia, resolvió la disputa dando el siguiente consejo: “Hagamos Papa a alguien que no sea cardenal”. Es así que la comisión eligió a Teobaldo Visconti, quien había sido secretario de cardenales y gran diplomático.
De inmediato partieron los delegados hasta Tierra Santa para comunicarle a Visconti la noticia y pedirle que vaya a Roma. Cuando llegó a la Ciudad Eterna, en marzo de 1272, fue ordenado prontamente sacerdote, luego obispo y después coronado como Pontífice, tomando el nombre de Gregorio X.
Este Beato es recordado por convocar a un Concilio Ecuménico en Lyon (Francia) con la finalidad de que los cristianos de oriente y occidente se unieran para liberar Tierra Santa. Es así que se restableció la comunión entre la iglesia bizantina y la romana.
Se cuenta que Gregorio X derramó lágrimas cuando se cantó el Te Deum por esta reunificación. En este concilio participaron San Alberto Magno y San Felipe Benizi. Mientras que Santo Tomás de Aquino falleció cuando viajaba al evento y San Buenaventura partió al cielo mientras se desarrollaba.
No obstante, esta unión entre las iglesias de occidente y oriente no duró mucho tiempo. La Diócesis indica que el Beato Gregorio X quiso participar personalmente en una cruzada por Tierra Santa, pero partió a la Casa del Padre el 10 de enero de 1276 en Arezzo.
El creador del Cónclave
Debido a la excesiva demora de los cardenales para elegir a Gregorio X, la Enciclopedia Católica (EC) describe que el beato “hizo que se decidiera que los cardenales no podían abandonar el cónclave hasta que fuera electo el Papa”.