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PREGUNTAS Y RESPUESTAS PARA EL BAUTISMO Y PARA LOS PADRINOS

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Por el Padre Eduardo Hayen Cuarón (Red Social X)

Sobre padrinos, madrinas y bautizados

¿Puede ser padrino de bautismo una persona homoafectiva?

Sí, porque ser homosexual no es pecado, y mientras no se viva una vida escandalosa, la persona puede vivir una vida cristiana coherente. De hecho hay personas homoafectivas que llevan una vida cristiana ejemplar.

¿Pueden ser padrinos de bautismo dos personas del mismo sexo que conviven en una relación estable?

No. El Código de Derecho Canónico pide que haya un padrino y una madrina. Los padrinos hacen las veces del padre y de la madre. Dos personas de mismo sexo no pueden hacer este papel.

¿Puede ser padrino de bautismo una persona homoafectiva que convive con su pareja?

Tampoco. Dice el Derecho Canónico: Para ser padrino hay que ser católico, estar confirmado, haber recibido ya el santísimo sacramento de la Eucaristía y llevar, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir.

¿Puede una persona transexual ser padrino de bautismo?

No, por las condiciones que señala el párrafo anterior. En 2015 Doctrina de la Fe ya había dado esta respuesta. Es un punto controvertido ya que mons. Fernández dice que sí. La pregunta es: ¿si la persona trans es biológicamente un hombre, ¿la parroquia debe registrarlo como el padrino o como la madrina? Parece que estamos siguiendo el juego de la ideología de género.

¿Puede ser bautizada una persona transexual?

Este es el punto más controvertido sobre lo que respondió Doctrina de la Fe (Mons. Fernández). Él dice que sí mientras no haya escándalo en la comunidad. Y hace alusión a que el bautismo imprime carácter sacramental, aunque no confiere la gracia mientras no hay arrepentimiento de los pecados. Sólo con el arrepentimiento la persona bautizada recibe la gracia santificante.

Los sacramentos de iniciación cristiana deben recibirse con arrepentimiento.

Por eso para hacer la Primera Comunión o recibir la Confirmación se exige antes el sacramento de la Confesión. En el caso del Bautismo no hay confesión previa porque el Bautismo borra los pecados. Es una práctica de la Iglesia que una pareja conviviendo en unión libre o ilegítima no puedan acceder a los sacramentos de iniciación cristiana. Por eso el rito bautismal contiene el interrogatorio: «¿Renuncias a Satanás? ¿Renuncias al pecado?»

Si pide el bautismo una persona que vive en pecado y no está dispuesta a cambiar de vida, ¿cómo se puede bautizar? Si pide la Confirmación o la Comunión una persona no arrepentida, ¿cómo puede recibir estos sacramentos? Cuando alguien se confiesa y no da señales de abandonar el pecado, de hecho se le niega la absolución.

El transexualismo es un pecado cuando la persona niega la naturaleza con la que Dios la creó; cuando reniega de la creación original de Dios.

Sin embargo el transexualismo puede deberse a la disforia de género, la cual es un trastorno disociativo entre el cuerpo biológico y la identidad de género, y que tiene su curación a través de un proceso de psicoterapia. Conviene entonces acompañar a la persona trans en un proceso de autoaceptación para que viva conforme a su propia naturaleza biológica. Habrá que revisar las condiciones morales particulares de la persona transexual para admitirlo al bautismo –evitando el escándalo– o aplazarlo.

La idea de que los sacramentos no deben negarse a nadie –principalmente el Bautismo– contradice la Tradición Apostólica, ya que en los primeros siglos del cristianismo se hacia un examen riguroso de la vida de los catecúmenos y, si existían dudas sobre la vida moral de la persona, se aplazaba la recepción del sacramento. No dejemos de orar por la Iglesia, el papa y por quienes lo rodean. Lo dijo el cardenal Robert Sarah: «La crisis de la Iglesia ha entrado en una nueva fase: la crisis del Magisterio».