FIESTA: 15 DE MAYO.
San Isidro Labrador, el santo que nos enseña a dejar nuestros asuntos personales en las manos de Dios, para que Él se cupe de ellos y nosotros disponernos a ocuparnos de los asuntos del Altísimo Dios.
San Isidro Labrador, es un claro ejemplo de dedicación y abnegación por el trabajo, fiel y humilde, obediente y generoso en sus labores cotidianas. Él se entregaba de lleno a esas labores que realizaba, pues entendía que Dios es el que da el trabajo y es el que provee el pan de cada día, confiando a Dios su día a día.
Su amor por Jesús Eucaristía era tan grande que no había momento del día que no lo visitara y alzare una alabanza humilde en medio de sus quehaceres cotidianos. Es por eso, que hasta los Ángeles se disponían a ayudarle para que el buen Isidro orase al Señor y así cumpliera la máxima “Ora y Labora”.
No le importaba las burlas, las injurias ni los malos tratos, su confianza estaba en el Señor. Es por eso, que Dios lo ensalzó y le dio su favor en cada labor que realizaba ya que de su boca ni una queja salía, todo lo hacía por amor a nuestro Dios.
Este ejemplo de trabajador nos ayude a nosotros que laboramos en este mundo. No nos quejemos del trabajo que tenemos, no nos quejemos de los compañeros o del salario que nos toca. Lo que es de justicia es de justicia, pero dejemos en las manos de Dios esos asuntos y dispongámonos como San Isidro Labrador a obrar por amor a Dios por el bien de muchas almas.
