Una experta de la ONU en derechos de la mujer ha criticado a los gobiernos occidentales por «intimidar y amenazar» a quienes se oponen a la ideología transgénero. También se ha enfrentado a otros funcionarios de la ONU sobre cuestiones transgénero.
En una declaración emitida el lunes 22 de mayo, la relatora especial de la ONU, Reem Alsalem, afirmó: «Las restricciones generalizadas a la capacidad de mujeres y hombres para plantear preocupaciones sobre el alcance de los derechos basados en la identidad de género y el sexo constituyen una violación de los fundamentos de la libertad de pensamiento y la libertad de creencia y expresión».
La mordaz declaración, publicada por la oficina de derechos humanos de la ONU, es una defensa a ultranza de la libertad de expresión en un tema en el que el sistema de la ONU suele empeñarse en silenciar a los críticos.
Alsalem afirmó que la libertad de expresión es «crucial» para la democracia y el pluralismo. Pero fue mucho más allá. No se limitó a criticar los esfuerzos del gobierno por silenciar y censurar a las mujeres, sino que también atacó la forma en que se interpretan en Occidente las leyes sobre «incitación al odio».
«Algunas de esas disposiciones (sobre incitación al odio) se interpretan en el sentido de que cualquier cuestionamiento del alcance de los derechos basados en la identidad de género equivale a incitar al odio contra las personas no binarias y quizá incluso a incitar al odio y al genocidio», advirtió.
También insinuó que los gobiernos tienen el deber de defender a los oradores públicos que se oponen a la ortodoxia transgénero cuando están siendo «silenciados por ruidosas contra-protestas».
Es probable que Alsalem reciba críticas de sus colegas de la oficina de derechos humanos de la ONU por su audaz declaración, y no es la primera vez.