EL EJECUTIVO Y APP SON RESPONSABLES
Por C. Alfredo Vignolo G. del V.
Es realmente vergonzoso y hasta criminal que el Poder Ejecutivo no tenga una política pública de Seguridad Ciudadana. El Perú, nuestra patria, se ha convertido en tierra de nadie, donde los pasajeros son baleados en una unidad de transporte público; cualquier ciudadano es encañonado al ingresar a su domicilio o al desplazarse en su auto; las extorsiones son el pan de cada día, y matan hasta por 5 soles, o ponen un explosivo en algún local, o simplemente te balean en la calle.
Estos miserables incapaces e indoctos viven en su burbuja, y en vez de ministros tenemos a arrastrados escuderos que le hacen loas a Dina Boluarte; ni qué decir del cogobierno con Alianza para el Progreso (APP), que ha tomado el Congreso de la República por asalto como su agencia de empleos.
Lo acontecido con la matanza de los mineros debe merecer el rechazo generalizado de la población mínimamente pensante y cuerda. Ya basta de tantas muertes, ya basta de tanto funcionario público ignaro, ya basta de ministros incapaces.
¿Qué estrategia tiene el Poder Ejecutivo para frenar la criminalidad? ¡Ninguna! Decretar estados de emergencia para que unos cuantos soldados estén en las calles, eso es burla, eso no es estrategia.
Mientras la PNP detiene delincuentes, el Ministerio Público y el Poder Judicial los suelta, y la Defensoría del Pueblo ni enterada está.
El Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (Conasec) es una buena porquería que no sirve para nada, salvo para perder el tiempo en Palacio de Gobierno y luego dar declaraciones a los medios.
Se necesita, urgente, la intervención inmediata de las Fuerzas Armadas en Pataz, la instalación de una base militar permanente en la zona y una investigación integral a cargo de una fiscalía especializada para identificar y sancionar a los autores materiales e intelectuales de la masacre.
Toda población merece un Estado que proteja los derechos humanos con gente idónea y capacitada, y no esta sarta de mequetrefes que ganan como buenos. Si tuvieran un mínimo de dignidad, deberían renunciar, pero no lo hacen, ya que en su vida van a ganar la plata que ganan a costa de un país que se desangra