La solemnidad del Corpus Christi recuerda la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, y es una de las fiestas principales del año litúrgico. Se celebra el primer jueves después de la solemnidad de la Santísima Trinidad. Pero, en muchas diócesis, por razones pastorales, se ha trasladado al domingo siguiente. En el recuerdo ha quedado el dicho: «Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión».
Redacción religiondigital.org
La fiesta del Corpus Christi posee un carácter religioso, popular y festivo. Primero tiene lugar la celebración de la santa Misa y a continuación la procesión con la Sagrada Hostia expuesta en una custodia. También suelen acompañar la procesión autoridades civiles y religiosas, y vistosas representaciones con disfraces de personajes religiosos y profanos.
UN POCO DE HISTORIA
El origen de esta fiesta se remonta al siglo XIII, a Lieja (Bélgica). En esta ciudad, santa Juliana de Cornillon (1192-1258), superiora del Monasterio de Mont Cornillon, tuvo una visión que se repitió varias veces. En ella aparecía la luna llena con una mancha oscura. El Señor le hizo comprender que la luna simbolizaba la vida de la Iglesia, y la mancha oscura la necesidad de una nueva fiesta para que los creyentes pudieran adorar a Cristo presente en la Eucaristía y aumentar su fe.
El obispo de Lieja, Roberto de Thourotte, acogió la propuesta de Juliana y el año 1246 instituyó en su diócesis la solemnidad del Corpus Christi. Más tarde, otros obispos también la establecieron en los territorios de su jurisdicción.
En 1263, el sacerdote Pedro de Praga, de la región de Bohemia, dudaba del misterio de la transubstanciación del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Entonces realizó una peregrinación a Roma para pedir sobre la tumba de san Pedro la gracia de una fe firme. Cuando regresaba a su tierra, se detuvo en la iglesia de santa Cristina de Bolsena para celebrar la santa Misa. Pero la duda sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía le asaltó de nuevo; entonces, al partir la Hostia consagrada,unas gotas de sangre brotaron de ella y empaparon el corporal.
La noticia de este milagro llegó rápidamente al papa Urbano IV, que se encontraba en Orvieto, ciudad cercana a Bolsena. Entonces, el Santo Padre hizo traer el corporal y, después de comprobar los hechos, mediante la bula «Transiturus de hoc mundo», en 1264, instituyó la solemnidad del Corpus Christi. Pero, para indicar su vinculación con el Jueves Santo, día de la institución de la Eucaristía, eligió para su celebración un jueves, el primero después de la octava de Pentecostés.
El mismo Papa encargó a santo Tomás de Aquino la preparación del Oficio divino y de la Misa de esta solemnidad. Con singular maestría compuso el Pange lingua, el Panis angelicus, el Adoro te devote, etc. En ellos se habla de la presencia de Jesús en la Eucaristía y de su entrega por amor para reconciliarnos con el Padre y darnos la salvación.