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EL VATICANO COMO MEDIADOR ENTRE UCRANIA Y RUSIA: ABOGAR POR LA PAZ Y ABORDAR LAS CRISIS HUMANITARIA EXACERBADA POR LA GUERRA

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El Vaticano aumenta los esfuerzos de paz en Ucrania mientras el cardenal Zuppi se reúne con funcionarios rusos.

Redacción zenit.org

En un movimiento significativo hacia la facilidad de la crisis humanitaria en Ucrania, el cardenal Matteo Zuppi llegó a Moscú el 14 de octubre, marcando su segunda visita a la capital rusa como parte de la misión del Vaticano de mediar el conflicto. Nombrado por el Papa Francisco en mayo de 2023, la misión de paz de Zuppi se ha centrado principalmente en la repatriación de prisioneros y niños ucranianos llevados por la fuerza a Rusia durante la guerra en curso.

El cardenal Zuppi, quien se desempeña como arzobispo de Bolonia y encabeza la Conferencia Episcopal italiana, mantuvo reuniones cruciales con altos funcionarios rusos, incluidos el ministro de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov y Yuri Ushakov, asesor de política exterior del presidente Putin. Su visita tenía como objetivo acelerar el regreso de los prisioneros y abordar el tema apremiante de reunir a los niños ucranianos con sus familias. Según una declaración del Vaticano, las conversaciones brindaron la oportunidad de evaluar los esfuerzos continuos hacia estos objetivos y explorar más vías para la cooperación humanitaria.

Este último impulso diplomático sigue a una reunión entre el Papa Francisco y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky el 11 de octubre, donde se centró en la difícil situación de los ucranianos en Rusia. A pesar de algunas dudas iniciales de Kiev con respecto al papel del Vaticano en la mediación de la paz, el presidente Zelensky expresó su aprecio por los esfuerzos humanitarios del Papa. El líder ucraniano ha enfatizado previamente que cualquier acuerdo de paz debe honrar la soberanía de Ucrania y reflejar el estatus de país como víctima de la agresión rusa.

Una misión continua para la paz

Los esfuerzos del cardenal Zuppi han sido parte de una iniciativa diplomática más amplia por parte del Vaticano para abordar las consecuencias humanitarias de la guerra, que comenzó con la invasión a gran escala de Rusia de Ucrania en febrero de 2022. y Beijing, que refleja la posición única del Vaticano como un actor neutral capaz de facilitar el diálogo entre las partes en conflicto.

En junio de 2023, la mediación de Zuppi llevó a un avance en la liberación de 10 prisioneros ucranianos, incluidos dos sacerdotes católicos, en un intercambio facilitado por la Santa Sede. Los funcionarios ucranianos han elogiado estos esfuerzos, viéndolos como pasos críticos para abordar el costo humanitario de la guerra, incluso cuando siguen siendo firmes en sus demandas de términos de paz que salvaguardan la integridad territorial de Ucrania.

Uno de los aspectos más desgarradores del conflicto ha sido el desplazamiento forzado de alrededor de 19,000 niños ucranianos, que fueron llevados a Rusia o territorios ocupados por ruso. Este problema ha sido un punto focal de la misión de Zuppi, y durante su última visita a Moscú, se reunió con Maria Lvova-Belova, Comisionado de Rusia para los Derechos de los Niños, para discutir la repatriación de estos menores.

En una declaración emitida por el Vaticano, la Santa Sede enfatizó la necesidad de «evaluar nuevos esfuerzos para la reunificación familiar» y continuar trabajando hacia la «paz tan esperada». El diálogo de Zuppi con Lavrov y Lvova-Belova, junto con sus discusiones con Tatiana Moskalkova, la Comisionada de Derechos Humanos de Rusia, subrayó la complejidad de la situación, a medida que entran en juego consideraciones humanitarias como políticas.

Un acto de equilibrio de diplomacia

El enfoque del Vaticano al conflicto se ha calibrado cuidadosamente, manteniendo una línea de comunicación abierta con Moscú y Kiev mientras navega por el delicado equilibrio entre abogar por la paz y abordar las crisis humanitarias exacerbadas por la guerra. El Papa Francisco ha pedido constantemente el diálogo, instando a ambas partes a mantener los canales de comunicación abiertos.

Sin embargo, Ucrania ha sido cautelosa al aceptar la mediación del Vaticano en los aspectos políticos del conflicto. El presidente Zelensky, aunque acogida con el apoyo humanitario, ha expresado su preocupación de que cualquier proceso de paz no debe ignorar las demandas de Ucrania, particularmente con respecto al regreso de sus territorios ocupados y la preservación de su soberanía.

La misión del cardenal Zuppi refleja el objetivo más amplio del Vaticano de actuar como un puente en situaciones donde la diplomacia convencional ha vacilado. Además de su compromiso con los funcionarios rusos, Zuppi también se reunió con representantes del patriarcado de Moscú, incluido el metropolitano Antonij de Volokolamsk, el jefe del departamento de relaciones externas de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Sus discusiones se centraron en cuestiones humanitarias, ilustrando aún más los esfuerzos del Vaticano para encontrar un terreno común en un conflicto que ha dividido profundamente las comunidades cristianas de ambos países.

Un rayo de esperanza en medio de la crisis

La guerra en curso en Ucrania ha resultado en decenas de miles de muertes y desplazados millones. El costo humanitario ha sido inmenso, con civiles que llevan la peor parte de la devastación. A pesar de los inmensos desafíos, la misión de Zuppi ha ofrecido un rayo de esperanza, particularmente para las familias de aquellos todavía en cautiverio ruso y los padres de los miles de niños llevados a través de la frontera.

En agosto, el monseñor Paul Richard Gallagher, de la Secretaría de Estado del Vaticano, visitó Kiev para discutir estos temas con el presidente Zelensky. En septiembre, el cardenal Pietro Parolin, el Secretario de Estado del Vaticano, siguió con una reunión con funcionarios rusos, incluida Tatiana Moskalkova. El enfoque de estas conversaciones fue asegurar mejores condiciones para los prisioneros ucranianos y facilitar el intercambio de detenidos, lo que demuestra que el Vaticano sigue comprometido a abordar las consecuencias humanitarias de la guerra.

Como concluye la visita de Zuppi, existe un optimismo cauteloso de que la diplomacia tranquila pero persistente del Vaticano puede producir resultados tangibles en el esfuerzo por llevar la paz y la curación a la región devastada por la guerra. Si bien el camino hacia un acuerdo político integral sigue siendo lleno de desafíos, la misión del Cardenal sirve como un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, el diálogo y la diplomacia pueden ofrecer un camino a seguir.

En palabras del Papa Francisco, «la paz siempre es posible; no debemos perder la esperanza». Para aquellos que todavía esperan el regreso de sus seres queridos, esas palabras pueden ofrecer una fuente de comodidad muy necesaria.