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EL ATEISMO POLÍTICO, ¿POR QUÉ NUNCA SERÁ BUENO NI EFICIENTE?

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Los gobierno y pensamientos ateístas se ensamblan ideológicamente en lineamientos sin moral, con confusión y con sentido destructivo en su esencia interior de todo argumentante rojo. Cuando ellos argumentan que Dios no existe, también señalan que tampoco existe el mal sino lo que existe es la firmeza del hombre, sobre todo. De esta manera todo proyecto político o sociológico se tornan en un sin sentido.

En cambio, sí un pensamiento tiene raíz argumentativa para crecer, aproximándose a lo correctamente cierto y verdadero, tiene que partir del principio del bien y del buen obrar, de la recta intención, al orden y los valores morales éticos y espirituales. Es el todo unitario que se aplica en la persona individualmente, en la familia y en la sociedad.

Entonces en la conducta humana, comportamiento, toma de decisiones en lo político, social, económico, entre otros, vale mucho el distingo del bien del mal; no todo no está permitido ni todo es igual. Eso es el humanismo ateo en sus corrientes comunistas y caviares también, que al ser un sinsentido terminan por arruinar sociedades y naciones con la implantación de sus ideas y dogmas de fanatismo ateísta para hacer e imponer todo lo que es relativismo y negación de la existencia del Sumo Bien, para dejar paso libre a considerar que son ellos los que tienen la verdad sobre los demás.

Las consecuencias de aquellos pensamientos que han tomado poderes, gobierno y Estados han terminado en desastre. Obvio, porque sólo permiten un tipo de conocimiento y un tipo de acción, la violencia, como herramienta única para destruir todo sistema democrático, con armas o sin armas, penetrando y manipulado la mente existente en los pueblos, sobre todo los que vienen con una formación tradicional, integral, articulada, alineada y sincronizada con el bien, los valores y principios éticos, morales y espirituales.

Estando ausente todos estos elementos, no debemos esperar que aparecerán líderes políticos, claros, sinceros, auténticos y profundos para dirigir naciones, sino aparecerán simples cabezas de posiciones de izquierdas o derechas con el peligro presuntuoso que son los llamados e iluminados para levantar un país.

Dios salve al Perú