En los casos emblemáticos vinculado a lavado de dinero o tráfico de influencia a alto nivel, para poder encontrar la verdad, el investigado tiene que sentir la presión psicológica de estar con prisión preventiva.
Las noches solitarias, aislamientos y comida común en un inicio, lo bloquearan y psicológicamente lo debilitaran y afectaran.
Recién en esta circunstancia decidirá hablar.