Alemania se ha vuelto un país donde predomina la dictadura del pensamiento único, abierta ya, sin ningún resquemor.
Artículo de Por Mar Mounier* | noticiasholisticas.com.ar
Lo que está sucediendo en Alemania es una dictadura del pensamiento único, abierta ya, sin ningún resquemor. Un grupo de muchachitos locos grita que “Alemania debe ser para los alemanes y los inmigrantes deben irse” y les cae todo el peso de la aplanadora mediática, económica, política. Han perdido trabajos, han sido expulsados de sus universidades, “analistas” no encuentran palabras para destrozarlos. Pareciera que se obedece una orden expresa de aniquilarlos civilmente, imponerles un “Damnatio Memoriae”, destruirles la vida de todas las formas, con la mayor inquina posible “para que sirva de escarmiento al resto”.
Y precisamente con estas tácticas y de manera sistemática, a Alemania le han partido en mil pedazos su espíritu nacionalista, tradicionalista y esencia continentalista. Los alemanes han vivido 80 años con la cerviz humillada por los mismos que hoy condenan a alemanes bastante hartos, que solo ven como única salida a sus dificultades que Alemania “debe ser para los alemanes”.
¿Cuál es el problema con que la gente se manifieste como quiera sobre la tierra en donde nacieron sus ancestros y ellos heredaron? ¿Qué ha sucedido con la libertad de pensamiento o expresión? ¿Los principios soberanos de los pueblos, en dónde han quedado? ¿Hoy acaso hay que pensar de manera homogénea, igual al resto? ¿Se buscan sociedades de pensamiento estandarizado? ¿O estamos hablando de adoctrinamiento deliberado en donde decir lo que se piensa debe ser duramente castigado? ¿No advierten quienes gobiernan, que esto es solo un síntoma, una respuesta de protesta, de rechazo, un llamado de atención, una manifestación de hartazgo, contra las terribles políticas migratorias que han perturbado a la sociedad alemana? ¿No pueden los alemanes y todos los pueblos del mundo, acaso, demostrar el rechazo de que sus sociedades hayan caído bajo preocupantes niveles de inseguridad por las caprichosas imposiciones de gobernantes, que parecen no buscar el beneficio de esos pueblos? Por último, ¿no es acaso el inmigrante quien debe trabajar y luchar por merecer un espacio en la sociedad a la que llega, a la cual debe respetar, adaptarse e integrarse?
Esta sería una de las razones por las cuales un partido como AfD (Alternativa para Alemania) al que precisamente se busca anular, se ha disparado a la estratósfera de las preferencias del público y seguirá creciendo en las encuestas. Pero no la ven. O no la quieren ver.
*Politóloga. Analista de Geopolítica. MSc.Politikwissenschaften/Int. Wirtschaftswissenschaftrecht (AT, CH). B.A: Int. Stud. (USA).
Twitter: @elhigadodmarita