Pueden haber muchos pro y muchos contra subjetivos, pero lo cierto es que hoy los derechos humanos internacionales responden a un nuevo orden mundial donde todas las naciones se alinean a un pensamiento único, político, social, religioso y cultural.
Todos los organismos internacionales están bajo el dominio de la élite supermillonaria mundial para imponer sus proyectos globales.
Esa es la verdadera razón y no la pena de muerte, que no resuelve nada, y lo que hay que hacer más bien es esmerarse para entender el mundo geopolítico y las leyes globales de occidente que buscan acabar con las soberanías de los países y sus propias constituciones, así como el sentido de patria.
Es el comunismo internacional de aplicación anhelante en que todos seamos iguales, tengamos una sola política, una sola religión y una sola moneda. Siendo los brazos ejecutores de su plan, las intromisiones de los organismos internacionales. ¿Acaso no saben que hasta en el Vaticano los cardenales, obispos y sacerdotes rojos de la Iglesia son parte del engranaje del Nuevo Orden Mundial?
El Perú es una nación bendita, soberana y de tradición humanista cristiana y no humanista comunista ni humanista lucrativa e hipócrita como la de los caviares. El ateísmo con sus ideologías extremistas no rige en el Perú.
Salvemos a nuestra patria separándonos de la Corte Internacional de Derechos Humanos por sus permanentes intromisiones y constantes perjuicios que causan al Perú por sus recomendaciones, sugerencias y fallos internacionales que favorecen a los delincuentes y terroristas y no al pueblo democrático y ciudadanía en su conjunto.