En la República Democrática del Congo -uno de los países más extensos del continente africano- opera un grupo yihadista denominado Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculado al grupo terrorista yihadista Estado islámico, responsable de recientes y brutales matanzas de cristianos, como la del pasado 26 de julio, en la que fueron asesinados cerca de cincuenta fieles; la del pasado 9 de agosto, en la que mataron a más de 50 cristianos; o la del pasado 8 de septiembre, en la que estos mismos yihadistas de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) asesinaron brutalmente a más de 70 cristianos.
Pero la barbarie yihadista contra los cristianos continua en el Congo. En este caso, esto salvajes atacaron un hospital católico -dirigido por las Hermanitas de la Presentación– ubicado en Byambwe, en el territorio de Lubero, al noreste del país.
Como consecuencia de este ataque, recoge La Gaceta, 17 cristianos fueron asesinados, entre ellos once mujeres, algunas de ellas en periodo de lactancia.
El administrador local de Lubero, el coronel Alain Kiwewa, confirmó que «las mujeres que estaban amamantando fueron brutalmente asesinadas y halladas con la garganta cortada en sus camas del hospital»,
Por su parte, el misionero padre Giovanni Piumatti, destacó: «Es horripilante y desgarrador presenciar y escuchar semejantes cosas». Piumatti, un sacerdote italiano de Pinerolo, permanece desde hace más de 50 años en la diócesis congoleña de Butembo-Beni. Aunque ha regresado a Italia, desde donde sigue de cerca y se preocupa por la situación de su país de adopción.
«Es la típica masacre del ADF -cuenta-: hay 15 víctimas en el dispensario y otras 5 en los alrededores. Han incendiado toda la estructura y otras 27 casas, y antes de destruirlo todo han robado todo el stock de medicamentos, creo que ese era su último objetivo. Han sembrado el pánico, han sido perseguidos, pero a pesar de los esfuerzos del ejército han escapado. Estos terroristas parecen estar mejor equipados que las fuerzas regulares. Sin embargo, lo trágico, además de la muerte en sí misma de inocentes, es la forma en que los matan, degüellan a los civiles, les cortan la cabeza, una forma horrible, aquí degollaron a las madres mientras amamantaban, masacres que superan cualquier imaginación, el hecho es que ocurren casi todas las semanas y muchas se silencian».
Los responsables del asalto a Byambwe son los mismos que el pasado 27 de julio atacaron la iglesia cristiana de Komanda (Ituri), donde se estaba celebrando un servicio religioso, armados con machetes y rifles, matando a decenas de cristianos que estaban rezando. Ataque que fue condenado enérgicamente por el Papa León XIV durante la audiencia general del 30 de julio de 2025: «Mientras encomiendo a las víctimas a la amorosa misericordia de Dios, rezo por los heridos y por los cristianos que siguen sufriendo violencia y persecución en el mundo, exhortando a quienes tienen responsabilidades a nivel local e internacional a que colaboren para prevenir tragedias similares», dijo el Pontífice.
La actividad del dispensario
Las hermanas del dispensario, «Petites Sœurs de la Présentation», prestan asistencia médica en una zona remota de Kivu del Norte donde, de hecho, no hay hospitales. Principalmente ayudan a las mujeres a dar a luz, pero dentro de la estructura también hay consultorios y se realizan intervenciones quirúrgicas de diversa índole. «Las ADF -continúa el misionero- llevan al menos tres años presentes en esta zona, muchos de los terroristas proceden de Uganda, atacan indiscriminadamente, en la calle, en los pueblos, en los campos mientras la gente trabaja y, además de matar, secuestran a niños y jóvenes para entrenarlos. A menudo actúan bajo los efectos de las drogas y drogan a las personas que secuestran. Cuando preparan el ataque, son los adultos los que lanzan el golpe inicial y luego obligan a los jóvenes a continuar con los machetes, son brutales». Toda la misión sigue en estado de shock, han sembrado el pánico por todas partes y muchos de los habitantes del pueblo, que huyeron de sus casas, aún no han regresado. Las hermanas siguen en la calle, prestando asistencia como pueden.
El «vergonzoso» silencio de la comunidad internacional
Por el momento, no parece haber víctimas entre las religiosas, pero sin duda se han llevado a muchos bebés: «Es un horror y un dolor inmenso, es desgarrador ver y oír ciertas cosas». Don Piumatti también reflexiona sobre el silencio de la comunidad internacional, que califica de «vergonzoso», al tiempo que reitera la responsabilidad de Occidente, que apoya ciertas formas de violencia y terrorismo por intereses económicos: «En Kivu -afirma- tenemos los yacimientos, es una tierra rica en materiales preciosos, siempre disputada, por eso estas fuerzas de matriz islámica reciben apoyo. Las ADF son las más feroces, pero no son las únicas que reciben armas y dinero que pueden favorecer el comercio. Estos disturbios favorecen el comercio y el silencio es muy grave».









