Por: Luciano Revoredo
Hace unos días conocí a una joven madre de familia que hacía unas hermosas manualidades y las vendía en un meritorio emprendimiento. Solo algo llamó mi atención, entre sus trabajos abundaban los diseños con el arco iris, por lo que le pregunté el motivo. Sin dudar un instante la joven emprendedora me indicó que era una manera de apoyar y solidarizarse con su hija que era transexual. Siendo como ya lo he indicado una mujer de evidente juventud, algo no cuadraba en mis cálculos, por lo que le pregunte por la edad de su hija trans, para enterarme atónito que la hija que merecía tanto apoyo y solidaridad era un niño de seis años que desde dos años atrás había descubierto que era una niña.
Esta situación me quedó dando vueltas en la cabeza durante varios días. Es evidente que un niño de esa edad no está en condiciones de “descubrir” semejante cosa y que la única posibilidad era que fuese una víctima de la publicidad y la debilidad mental de su madre. Sin embargo, es evidente que este niño no es la única víctima de la perversa ideología de género. Son miles de niños los que están siendo sometidos a un bombardeo mental en las escuelas y los medios de comunicación, para deconstruir su sexualidad, culpabilizar la masculinidad y corromperlos con una acelerada hipersexualización.
En los Estados Unidos ya existe la idea de la pediatría de género. Es decir, médicos pediatras dedicados a conducir a los niños pequeños en su tránsito hacía el cambio de género. Llegados a la pubertad ya reciben hormonas y son mutilados en experimentos inhumanos que merecerían la envidia de Mengele.
La Clínica Pride de ECU Health recibe a pacientes jóvenes de todas las edades. El Dr. Colby Dendy, activista que dirige la clínica, manifestó en una entrevista que dio al East Carolinian: “La literatura nos dice que los niños pueden comenzar alrededor de los cuatro años con su identidad de género, por lo que no queremos excluir a nadie dentro del ámbito de la pediatría”, dijo Dendy. “Una gran parte de nuestro objetivo es brindar atención primaria afirmativa a todos en el espectro LGBTQ+”.
Mientras que en UNC Health, (clínica médica dependiente de la Facultad de Medicina y Psiquiatría UNC), los niños de hasta tres años pueden ser evaluados y tratados por disforia de género. Según su sitio web, trabajan con endocrinólogos, médicos de familia y cirujanos de la UNC que estén listos para “afirmar” médicamente el género del niño.
Es decir, no hay pierde para estos perversos. O el niño lo “descubre”, o los padres sometidos a toda la propaganda de la que son víctimas, llevan al niño para que en estos centros de adoctrinamiento de la ideología de género con careta científica lo conduzcan hacia la aceptación y afirmación de su nuevo género.
Un panorama trágico y devastador el de miles de niños que serán torturados psicológicamente y luego mutilados, castrados y esterilizados como gatos en una veterinaria, sometidos al consumo de por vida de hormonas y convertidos en candidatos a la depresión y el suicidio.
