Ante los pronunciamientos errados tanto del Consejo Permanente del Episcopado, como el de los Almirantes en retiro, así como el señor Phillip Butter, incurren en generalidades, excesos verbales y faltamiento a la verdad.
Se debe entender que la Iglesia Católica la componemos todos, sacerdotes, religiosos y laicos, y en honor a la verdad y con la obligación moral de buen cristiano debemos señalar ciertas observaciones:
El terrorismo es y siempre será repudiado por su crueldad, su violencia sangrienta y fanatismo ideológico, pero no podemos desconocer que sí ocurrieron hechos aislados de algunos malos militares o policías que excedieron su accionar.
Tambien, se debe entender que en la época del terrorismo hubieron muchos sacerdotes que pagaron con sus vidas en defensa de los más pobres y humildes, que inclusive, los terroristas secuestraban a campesinos para involucrarlos en la lucha terrorista.
Uno de los tantos ejemplos se constata en la vivencia hecho libro por el sacerdote Mariano Hermida García “Huancavelica en los Andes – retazos de una vida”.
Del otro lado, se ve que el señor Phillip Butter a estereotipado lo de las Iglesias vacías, será en Europa o Norte América, porque acá en el Perú las Iglesias tienen alta concurrencia a nivel nacional; basta con concurrir espontáneamente a cualquiera de las parroquias de Lima y del interior del país para comprobar por qué el Perú es un pueblo de fe.
Asi mismo, no se puede generalizar las cosas en un arrebato reactivo ante un pronunciamiento indebido que algunos de la Jerarquía Eclesial han señalado respecto a los delitos de lesa humanidad, que no es el sentir total de la Iglesia Católica que la conformamos todos los laicos católicos unidos a nuestros buenos sacerdotes y obispos que sí cumplen sus labores pastorales y espirituales.
Dios, patria y familia.