Las traiciones, las envidias y los celos llegaron a Willax.
Fuera los corruptos lo adelantó. Beto Ortiz no debió regresar a hacer programas políticos, su perfil es la farándula y la chismosería.
Su ego le ha hecho creer que tiene que ser protagonista en todo y ser mejor que todos, olvidando principios, valores y la verdad por delante.