Los buenos profesionales del derecho no quieren ser jueces ni fiscales.
Ser magistrado o fiscal es un desmérito.
Sólo postulan «los sin chamba», los de segundo nivel, los de personalidad sumisa o los que adrede, manteniendo padrinos, saben para que ingresan.
Los que ingresan a la JNJ lo toman como refugio dorado sin importarle la justicia. Vizcarra lo hizo poniendo a lo peor de lo peor en ética y moral.