Lo que es histórico es que los comunistas siempre han combatido a los apristas movidos por su ignorancia y animadversión y los apristas no los pueden ver, porque los comunistas son antisistema. Esa es la verdad.
Lo que sí llama la atención es que los apristas no sepan defender lo que es la mística de un líder ya maduro. Lo mostró Haya de la Torre y después Alan García en su estado de maduración personal. La dignidad y la mística se expande a un partido cuando se tiene experiencial más integral; experiencia de saberes, de emociones, de vivencias en el sentido de bien donde el espíritu del líder se alinea con lo sagrado y se sacrifica por los demás.